Con esta locura de tiempo una ya no sabe por dónde le da el aire –vaya, he hecho un chiste-. El caso es que te levantas, sales al balcón, miras al horizonte y ¿qué ves?, un cielo límpido, el mar en calma, los montes dormidos todavía. Así que el café con leche te sabe a gloria y la reflexión añadida mejor aún. Las noticias son visita obligada, aunque corta, para ver si queda algún trozo del mundo en su sitio o todo se ha vuelto a desestructurar durante la noche. El universo digital informa: llueve. Llueve…¿dónde?, sí, aquí llueve. ¿Cómo que aquí? ¡Pero si hace sol…¡
Se me tuerce el gesto porque mis contradicciones las invento yo. Visito otras páginas virtuales y constato horrorizada que sí, efectivamente, está lloviendo en mi ciudad. Arrastro el ordenador hasta el balcón y le hablo, le grito, le enseño, lo zarandeo… ¿por qué me informas de cosas que no son ciertas? ¿qué te mueve, maldito enano escondido y traidor, a confundir mi mente y mi corazón?.
No puedo resistirme. Calzo botas, gabardina y paraguas (sin diéresis) y salgo a pasear bajo el sol.
Cuestión de perspectiva debe ser esto de que yo vea el mundo de una manera y los medios me lo quieran mostrar de otra diferente.
En fin.
(Escrito el día 1 de Marzo de 2010, en la ciudad de San Sebastián, a pleno sol, mientras todos los pronósticos e informaciones indicaban que llovía. DV digital, El tiempo.es/ tiempo.meteored.com/,…).
LaAlquimista.
Foto:C.Casado