Hoy he decidido hacer los semileros de tomate, guindilla y algo de pimiento. Pondré dos clases diferentes de tomate. La variedad ‘Yak’ (es un tomate híbrido que se estila mucho aquí, comprado como os dije en Elosegui) y otra variedad que conservo desde hace unos años y que la conseguí en Igeldo (un tomate no tan ácido como el ‘Yak’, muy carnoso y prácticamente sin pepita). La semilla de guindilla es de casa, lleva en el caserío más de 40 años y es muy rica tanto para comer frita como para embotar. Como sabéis, tengo un pequeño invernadero y, aunque las noches son todavía frías, cuando sale el sol coge bastante temperatura. Con unas cajas de pescado agujereadas por debajo, como si de un tiesto se tratara, las llenaré de tierra de la huerta que sea un poco esponjosa, echaré las semillas con cuidado, un poco separadas y a continuación las cubriré con una pequeña capa de tierra vegetal. Seguido otra capa fina de helecho semipodrido (esta capa de helecho hace que cuando riegue el agua penetre homogeneamente y no patine por encima -tal como os comenté el otro día). Después con un pequeño pisón de madera iré apretando suavemente para que se asiente todo. Regaré y de aquí en adelante, dependiendo de las temperaturas, iré regando por la mañanas, a primera hora, ya que por las tardes no puedo. Si vais a regar por la mañana, es conveniente que el agua que le echéis sea tibia, que no esté muy fría. Yo suelo llevar una botella de agua caliente y la mezclo en la regadera. Ya os mostraré cómo van naciendo…..