La subida de temperatura que hizo el viernes no es bueno ni para la huerta ni para las personas. Todavía los cuerpos como las plantas no están preparados para tanto calor.
Las habas al mediodía estaban semidobladas; a los guisantes también se les veía que no querían tanto calor; los cogollos parecía que eran los que mejor aguantaban el tórrido calor del mediodía. No os quiero ni contar el calor que hacía en el invernadero, tiene una pequeña puerta, por la que no entra demasiado aire. Menos mal que esto ya me había ocurrido otra veces y antes de que me abrasara los tomates y las guindillas, puse unas tablas por encima y los tapé con unos cartones, así por lo menos estaban a la sombra. No veáis el efecto que hace, de estar medio agachados al mediodía, a media tarde estaban derechitos.
Parece que para hoy sábado por la noche viene agua, que vendrá bien agradecida en la huerta y para la semana que viene, parece que viene buen tiempo. Habrá que empezar a preparar las tierras para los tomates…