Ya ha costado que lloviera un día como es debido, porque las lluvias pasadas no habían penetrado en la huerta ni tres centímetros, (por lo menos aquí, en Donostia). Daba gusto ver como llovía hoy por la mañana, no importaba ni mojarse. Es más, os diré que me he pegado una mojada de ¡¡¡aupa!!!. Quería hacer un poco de entresaca en un semillero de cogollos, entre chaparrón y chaparrón, y he terminado calado. Las plantas necesitaban que un día lloviera con ganas, que penetrara en la tierra, para que así sus raíces se desarrollen con fuerza y se hagan las plantas vigorosas y fuertes. Esperemos que no haya que esperar tanto para que llegue otro día de agua como el de ayer, porque llevábamos desde primeros de abril que no había llovido con fundamento.