Este año a diferencia con otros, en lugar de comprar la planta, compre la semilla e hice el semillero como os mostré en el invernadero. Normalmente suelo poner calabacín blanco, me gusta más, me parece más fino que el verde, pero en casa hay quién opina de manera diferente, y como para gustos los colores, este año he puesto de las dos clases. Al blanco quizás le salga antes la pepita, pero a mí me da igual aunque tenga algo de pepita, porque cuando es pequeño, la pepita es tan tierna que ni se nota en el paladar. Prefiero que el calabacín tenga algo de pepita y tenga buen sabor, que no, esos calabacines que se ven en las tiendas que son tan pequeños que no saben a nada. No le dan gusto ni al pisto, ni a la crema de calabacín, ni a nada.