Después de que tuvieran un parón no sé muy bien porqué (quizá el frío), las guindillas y pimientos han vuelto a coger fuerza y están muy bonitos, un poquito grandes, como me gusta a mí plantarlas. Ya sé que la gente suele decir que cuanto más pequeña sufre menos y es seguro que estarán en lo cierto, lo que ocurre es que a mí me gusta que, cuando planto algo en la huerta, se vea. Quizás sea un defecto, pero es así. A ver si esta semana puedo plantarlas.