El sábado pasado me trajeron el estiércol para abonar la tierra. Normalmente suelo traerlo en el mes de octubre para amontonarlo y que se vaya pudriendo. Así a últimos de febrero o marzo, cuando empiezo a preparar la tierra para la patata, suele estar bastante podrido.
Lo que ha ocurrido este año es que con tanta agua como ha caido, el camión no puede entrar bien para hacer el volquete, ya que el lugar está un poco inclinado y tiene miedo de que el vehículo se dé la vuelta, con lo que he tenido que estar esperando a que se secara un poco el terreno para hacer bien la maniobra y no pasar sustos.
Este año me temo que estará menos deshecho que otros, pero habrá que conformarse con lo que hay.