Este fin de semana, e incluso el lunes, parece que el tiempo nos va a dar un poco de tregua, a ver si no llueve y podemos fumigar los tomates ya que el tiempo que estamos teniendo hasta la fecha no es nada favorable para ellos. La última vez que los fumigué fue el día 13 con lo que ya les toca otra vez. La fumigación la haré con “Galben”, que como hemos comentado otras veces es un producto sistémico que penetra en la planta y además de prevenir también puede curarlas, cuando a éstas las coje al incio de una enfermedad. Se puede echar hasta un total de tres o cuatro veces en períodos de doce a quince días y luego yo suelo cambiar a otro producto, que será “Caldo Bordelés”. Lo mejor es fumigar al atardecer cuando la planta esté bien seca, pero que no le dé el sol. Siempre hay que fumigar cuando a la planta no le da el sol y es aconsejable que luego no llueva por lo menos durante un día en el caso del “Galben” por ser este como digo un producto sistémico y por tanto penetrante en la planta. En el caso del Caldo Bordelés es diferente, ya que es un produto periférico y con la lluvia pierde mucho su efectividad.