Cuando llegué de vacaciones, la vaina que había sembrado en el primer menguante estaba que daba pena, las guías eran muy finitas y la planta casi no tenía fuerza para subir por las cañas. Verlas así un día tras otro me da fiebre. Conclusión, quité las cañas y las vainas y he decidido poner en su lugar un cuadro de tomates. No sé qué resultado darán ya que nunca he puesto el tomate tan tarde, será una experiencia más. Si el tiempo le acompaña es fácil que en octubre coma unos buenos tomates, por el contrario si se lía a llover, pasaremos página. Esperemos que sea lo primero, porque de mal tiempo ya estamos saturados. Le llamé a mi amigo el viverista y me dijo que ya no tenía planta de tomate, con lo que me remitió a un conocido suyo. La planta que tenía éste a la venta no tenía nada que ver, era más pequeña y más cara que la que me ofrece mi amigo, pero cuando no hay más remedio… adelante.
Podéis observar en el vídeo las plantas recién plantadas a las que les he hecho un pequeño agujero para regarles y ayudarles un poco al principio.
*Para ver bien el vídeo. Cuando iniciamos la vista, clicar sobre la ruedita que hay en la base del vídeo y aumentar la calidad al 480.