Vaya mes de septiembre que llevamos para poder degustar unos buenos higos. Hace más de una semana que es imposible comer unos higos. Como en el tomate, en los higos también hay difererentes variedades y unas resisten la lluvia mejor que otras. Algunas variedades tienen la piel mucho más gruesa que otras y cuando llueve les cuesta más abrirse. No es el caso de la higuera que yo tengo, que da un higo muy fino y muy rico, que incluso se puede comer con piel. Pero cuando llegan días de lluvia como los que estamos pasando se hace una tortilla en las puntas de las ramas entre los higos que se han abierto por el efecto del agua y los que están a punto de madurar que da un poco de repelus andar recogiendo. No hay otra solución que subir al árbol y tirar todos los higos que se han abierto, para que así los nuevos higos que maduren estén bonitos y ricos. Parece que para la semana que viene han anunciado buen tiempo y calor. A ver si por fin, podemos comer unos higos ricos y dulces.