Los tomates: este año no creo que sea recordado por la cantidad y la calidad de tomate recogido. Ha sido un año muy complicado, tanto por la lluvia desde mayo y hasta casi julio, como por las temperaturas frías que tuvieron que soportar hasta las mismas fechas. Así es muy difícil sacar unos buenos tomates al aire libre.
Este año he puesto cuatro variedades diferentes, ‘Igeldo plano’, ‘Igeldo puntiagudo’, ‘Verdes’ y ‘Jack’. Además, como siempre, puse 4 plantas de ‘Cherry’.
Este año los tomates han sufrido una enfermedad hasta ahora para mí desconocida: ‘Corrugata’. Las plantas comenzaron a coger una pinta un tanto extraña y para salir de dudas corté una por la mitad y vi que toda la parte central del tronco estaba como una pasta. Hasta la fecha no había visto un caso igual, con lo que fui a Fraisoro para que la analizaran. Allí diagnosticaron la famosa enfermedad, que ojalá no vuelva a aparecer.
A excepción de un cuadro de ‘Jack’, que aunque perdió las dos primeras floraciones luego he recogido medianamente bien, el resto se fue estropeando. Algunas plantas han aguantado un poco más que otras en todas las variedades que he puesto. Me da pena no poder hacer una valoración del tomate ‘Igueldo plano’ como es debido por el año tan horroroso que ha sido, pero el año que viene volveré a plantar unas cuantas plantas de esta variedad.
Como comentaba, un año para pasar página y olvidar.
Las guindillas han sido una de las sorpresas de este año. Estuvieron pequeñas, amarillas, no crecían, tanto frío y lluvia las dejó que casi parecía mejor quitarlas todas y poner nuevas. Pero a partir de últimos de junio, les eché un poquito de mineral y regándoles en la base durante el mes de julio se pusieron muy bonitas. Han crecido como nunca, se han hecho unas plantas muy frondosas y si no ha sido uno de los mejores años en cuanto a la recogida, no habrá andado lejos.
Además el año no ha sido muy caluroso, a excepción de una semana que calentó bien, en esa semana picaron un poquito. Por lo demás, las temperaturas han sido bastante aceptables y la guindilla prácticamente no ha picado. Siempre suelo comentar que cuando hace mucho calor, si por la noche refresca a la guindilla le viene muy bien para que no pique, lo malo es cuando durante el día hace calor y por la noche no bajan las temperaturas… entonces es cuando comienzan a poner la boca caliente.
En conclusión se podría decir que ha sido un buen año de guindilla.