Hoy, en la huerta, he estado hablando con el vecino y comentábamos lo bien que trabajan los animales en el campo. Este año pasado, como el anterior, nos visitaron las temidas avispas asiáticas. La diferencia del año pasado con el anterior es que hicieron el nido en estos árboles y entre la altura y el follaje ni nos entreramos. Si no, hubieramos avisado a los bomberos para que les dieran ‘matarile’. Pero lo que quiero comentar es la forma que tienen de trabajar. Estos árboles están expuestos a todos los vientos huracanados que vienen directamente del mar. Pues ni estos vientos ni la cantidad de agua que ha caído, que ha sido exagerada, han tenido la fuerza necesaria para derribar el nido. Y ahí sigue sin caerse, aguantando todo lo que le echen. Ni que lo hubieran pegado con cemento. Uno muchas veces se queda boquiabierto pensando la forma que tienen de trabajar estos animales para adherir sus nidos a los árboles y que estos temporales de más de 100 k/h no los tiren. Increíble.