Esta es la variedad que pongo todos los años. Me gusta y normalmente da una producción más que aceptable. Es una patata muy rica tanto para freir como cocida para acompañar a unas lentejas, coliflor, etc. Hoy por la mañana he decidido sembrar la mitad del cuadro que tengo pensado poner. Uno ya no está para tirar cohetes y mejor en dos partes que todo en un día. Además, tengo comprobado que alternar los trabajos es mucho mejor y el cuerpo se lleva menos paliza. Así que primeramente he estado sembrando las patatas y luego he estado trayendo unas carretillas a otro cuadro para ir cavando la tierra poco a poco, ahora que tenemos buen tiempo. Para sembrar las patatas hay diversas formas: unos hacen surcos grandes y luego amontonan la tierra y otros, como yo, lo hacemos de otra forma, ‘cada maestrillo tiene su librillo’. Lo primero decir que a la patata le gusta la tierra esponjosa y suelta (estos días han sido fabulosos para cavar la tierra y que quede de esta manera). Haremos los surcos no demasiado profundos (que cuando se entierre la semilla quede aproximadamente unos cuatro dedos enterrada). Posteriormente las taparemos y hasta que no hayan nacido y la planta tenga como un palmo de altura no las tocaremos. Será entonces, cuando tenga una palmo de altura, cuando con la azada le arrimaremos un poquito de tierra a la base de la planta con cuidado y sin profundizar con la azada, matando las hierbas que habrán comenzado a nacer. De esta forma la planta cogerá fuerza y con la altura y la frondosidad de la patata ya no nacerán apenas las hierbas. En el vídeo se observan ocho filas con las semillas sin tapar y otras dos a la derecha ya tapadas.