En la huerta hay muchos problemas para terminar recogiendo la cosecha. Hay uno que a mí me trae por la calle de la amargura: LOS GORRIONES. Con este pájaro no hay quien pueda. Cuando no le pican a la lechuga, le pican a los guisantes y ahora a las vainas. A estas primero les pongo unos discos y parece que les respetan, pero a los ocho días les dan igual esos discos. Luego suelo ponerles con unas cañas unas bolsas de plástico grandes y parece que otros 8 o 10 días andan por otro lado, pero luego vuelven y es que, aparte de picarles las hojas, también les pican en los brotes, y de esta manera la planta no se desarrolla como es debido. Si pudiera los pondría a todos mirando para Turquía…