Hace un par de días decidí pasar la desbrozadora, aunque con lo que ha crecido la hierba casi daba miedo ponerse a cortarla (otra cosa no, pero la hierba, ¡qué marcha lleva!) he decidido pasar la desbrozadora para dejar el terreno un poco curioso y que se vean los árboles pequeños que planté en el invierno, porque prácticamente los tenían tapados. Trabajar con la desbrozadora es una gozada. Es como la motosierra, es increíble cómo se adelanta el trabajo. Antes tenía una que no tenía mucha cilindrada y se paraba cuando la hierba se enroscaba en el cabezal, pero hace tres años años compré una de más cilindrada y ahora da gusto. No se para nada. Va como… ¡¡¡Qué máquinas!!!.