Este año parece que el tiempo le va acompañando y de momento no pican aún cogiéndolas un poco grandes. Ha hecho días de calor, pero todavía apenas habían empezado (me refiero a las guindillas de campo abierto), luego ya ha habido alternancia de días buenos con otros de sirimiri y noches frescas, con lo que de esta manera es difícil que la guindilla pique. Como podéis apreciar en la imagen no todas las plantas se han desarrollado de igual manera. Hay algunas que están muy bonitas (fuertes y vigorosas) y otras que les está costando más coger fuerza. En la imagen pequeña aparece la planta escogida para semilla. A esta planta ya no le recogeré ninguna guindilla. Allá por septiembre las guindillas (ya rojas) que más largas y rectas vea, serán las que guarde con mucho esmero para el próximo año. Las colgaré, pasándoles con una aguja, un hilo por el rabillo y las dejaré colgando en la cocina hasta que decida el año que viene sacarles la semilla para hacer los semilleros. Así también sirven de decoración.