La guindilla, con el calor pasado y un poco de agua, está dando mucho (por lo menos las mías). Normalmente, el mes de septiembre, si la planta está buena y fuerte, es un mes que se suele recoger bastante. Esta época reúne buenas condiciones (buena temperatura y un poco de agua, y si no, a regar), y por regla general da muy bien la  guindilla. Además la planta está grande y en consecuencia también da más brotes y más frutos. Es una planta que suele acusar el frío de las noches, y si os fijáis un poco ya en algunas se empiezan a apreciar unas manchas negras cerca de la ‘txustarra’, eso es porque las temperaturas nocturnas han comenzado a ser un poco más frías. De todos modos, para comer están igual de buenas, aunque la verdad es que para esta fecha suelen tener más semilla y la piel no es tan fina. Pero bueno, se dejan comer.
A la hora de recolectar, el trabajo es más cómodo, porque la planta va más lenta y basta con recoger un par de días a la semana.