Como os he venido diciendo desde principios de temporada, había puesto unas plantas de esta variedad de tomate para hacer una prueba y ver su calidad. Hace un par de días recogí los primeros e hice una degustación en ‘petit comité’ en un afamado restaurante en el que nos solemos juntar algunos domingos por la mañana a tomar un poco de txakoli.
Cuando la gente vio los tomates se llevaron las manos a la cabeza porque estaban verdes y pensaban que todavía no habían madurado. Les comenté que era una variedad que se come en verde, que no llega a ponerse rojo. Al principio todos se quedaron un poco recelosos pero cuando los sirvieron en la mesa y los degustamos la reacción fue muy positiva. Un tomate muy rico, que aunque choca un poco por estar verde, tiene un sabor estupendo.
Lo demás, ya sabéis, felicitaciones y “el domingo próximo trae más…”.
Para mí tiene un inconveniente, y es que es un tomate un poco blando, no hay que manosearlo porque se ablanda enseguida.