Como os comenté la semana pasada, el martes, con buen tiempo y sol, al mediodía recogí las guindillas que dejaré para semilla y les he pasado con un hilo por la ‘txustarra’. Ahora las dejaré colgando en la cocina de casa (lugar seco), y además de decoración, en algún momento también servirán para dar gusto a algún plato (a las angulas de Aginaga no, que además de prohibitivas por el precio, ya no quedan). Aquí estarán hasta el año que viene cuando tenga que hacer el semillero, que será cuando las abra y les saque las semillas.