Ahora toca limpiar las tierras para que los gusanos y demás ‘ayudantes’, que tanto queremos, se vayan a pasar el invierno a otro lado. Este es el momento en el que mucha gente deja que las tierras se llenen de hierbas por pereza, parece que es mucho trabajo, y sin embargo es el mejor momento para quitarlas sin mayor esfuerzo. Si miras al final, parece que a uno le da fiebre ponerse a quitar palos y matar la hierba, pero si vamos poco a poco y aprovechando estos días de buen tiempo y viento sur las hierbas se secan muy bien. Si se dejan las tierras sin limpiar, cada vez las raíces de éstas son mayores, y en consecuencia, cuando vayamos a quitarlas, tendremos que mover más tierra y el esfuerzo será mayor. Además, ir a la huerta y verla que está limpia sin hierba ni palos es una sensación agradable. Ahí la vemos, recuperándose del esfuerzo de este año y regenerándose para el año que viene…