Como os comenté el otro día, las cañas y zarzas del vecino parecían una selva, pero poco a poco han terminado cayendo las unas y las otras. Ahora el terreno ha quedado limpio y el sol y el aire entrará bien a los árboles frutales que ponga. Las cañas saldrán en primavera con mucha fuerza, habrá que darles unos cuantos cortes para que no cojan altura. Si no, de poco valdrá el trabajo que me he tomado…
Las cañas las voy a aprovechar para las alubias. Dado que éstas parece que siempre dan las mejores ‘lekas’ en las puntas, he cortado las cañas con más de tres metros (que suban hasta donde quieran). A ver si tenemos un buen año de alubia.