Este año me ha regalado Joxean unas semillas de tomate que no es HÍBRIDO. Y lo pongo con mayúsculas porque esa cuestión es muy importante. Y es que cuando el tomate no es híbrido podemos guardar la semilla para el futuro, y hacernos así con una variedad de tomate que sea fuerte y resistente a los problemas que tenemos en la zona (hongos y demás). Esta práctica la llevaban a cabo nuestros antepasados, pero primero porque los tiempos han cambiado climatológicamente y después por querer tener tanta producción y tamaño como con los híbridos, las variedades autóctonas se han ido perdiendo y ahora quedan pocas. En concreto, en mi casa ninguna, cuando todavía me acuerdo que tenían dos clases, una de ellas algo más temprana.
Como no me ha dado el nombre de la variedad, he pensado que le voy a poner como nombre “Joxean 49”, ya que hasta el momento su procedencia llega hasta ahí. Hoy he hecho el semillero, y ojalá estemos ante un tomate que nos sorprenda.