Aunque la tierra tiene mucha humedad todavía, hoy he decidido arrimar un poco de tierra al guisante, que a pesar de los fríos y las nieves tiene bastante buena pinta. Con este trabajo se matan dos pájaros de un tiro. Primero, como solo hay que arrimar la tierra más superficial, mataremos toda la hierba que comienza a nacer y, segundo, las raíces de los guisantes agradecerán muy bien esta tierra por encima. Os he puesto una foto en la que podéis observar unas filas con la tierra arrimada y otras no. Dentro de unos días les pondré la red y habrá que esperar a ver si el tiempo les acompaña.