Este es un tema que hay que tener en cuenta si no queremos tener las tierras llenas de cuerdas de años anteriores. Si utilizamos cuerdas de nylon o de plástico, no se pudren y en consecuencia andan dando vueltas un año si y otro también. Por el contrario, si utilizamos de algodón, se pudren y desaparecen, en un año o en dos. Hace unos años me regalaron una cuerda que era mitad nylon y mitad algodón, pues bien, todavía veo trozos dando vueltas por la tierra.
Suelo comprarlas en ‘Arenzana’, una tienda a la que uno entra y se queda sorprendido por la antigüedad y por lo bonita que es. Está dedicada a productos relacionados con la cordelería y el corcho, y ofrece un trato fenomenal.