El agua que cayó ayer le vino muy bien a la huerta. Llevaba bastantes días sin llover como es debido y las plantas tenían necesidad de ella. Al tomate, la vaina, las calabazas y demás se les veía ya con ganas de un día bueno de agua. Además llovió muy bien, cayó despacio, sin aire y la tierra absorvió muy bien el líquido elemento. Ahora parece que vienen unos días de buen tiempo y seguro que con este agua y el sol y el calor las plantas darán un arreón.