Ya había visto un par de membrillos por el suelo y antes de que se cayeran más he decidido recoger los membrillos. Este año no hay muchos, pero sí que tienen un tamaño muy aceptable. Ahora toca el trabajo más duro ‘Hacer el dulce’. La receta es laboriosa pero el resultado es muy bueno. También se puede congelar una vez elaborado el dulce y os aseguro que no pierde nada en cuanto a la calidad. En la imagen podéis obsevar cómo es el tamaño de los frutos este año.