En casa siempre hay huevos frescos porque tengo unas gallinas. Ya eran bastante viejas y tenía pensado cambiarlas en el mes de febrero, pero como ha hecho tanto frío he esperado un poco y hoy he ido a comprar otras. Cuando estaba hablando con el del almacén ha llegado un camión con pollitos. Hace un tiempo llevé unos cuantos pollitos de color rojizo y salieron muy buenos. Pero no repetí la experiencia porque la verdad es que se me acumula el trabajo. Los que han traído hoy a la tienda eran de color variado y todos con pintas. No conocía esa raza y le he preguntado al tendero a ver qué tal y la contestación ha sido tajante: «Éstos son como el caviar». La respuesta me ha dejado con la mosca detrás de la oreja y me he aventurado a comprar unos cuantos. Al llegar a la txabola y soltarlos me ha sorprendido lo mucho que corrían siendo tan pequeños. Cuando comiencen a andar por el hierbal… Y luego, a ver quién los pilla cuando les llegue la hora…. Os iré comentando cómo van.