Érase una vez, hace muchos muchos años, una pequeña niña fue de excursión con sus padres a San Miguel de Aralar. A tirarse con plásticos por las laderas y a disfrutar cerca de casa de la nieve. Después durmieron en un albergue junto al santuario y comieron algo muy caliente junto a la chimenea. El viaje de vuelta a su casa fue largo porque las carreteras pasaban por todos los pueblos y hace 30 años ir de San Sebastián a Lekunberri era irte de fin de semana y tardar más de 3 horas por trayecto.
Hace unas semanas hicimos esa misma excursión, fuimos a conocer
Aralar en verano. Con sol. Sin nieve y la verdad es que casi sin gente. Imagino que este destino con las primeras nieves, tiene que ser un colapso total. Espero vuestras experiencias para saber cómo ir en invierno. Donde dormir con más compañeros, etc.
Pero os dejo unas bonitas imágenes de Aralar en verano. Campas verdes, verano en ebullición, poca gente y caballos. Muchos. Ver acercarse a los caballos o pasear entre ellos ya fue toda una experiencia en sí misma.
Comer junto a esas campas, a la sombra de tu toldo, comiendo junto a tu autocaravana pero en plena naturaleza, fue un lujo que hizo de nuestro fin de semana, un final feliz.
Definitivamente un plan redondo. Eso sí, pese a que las carreteras han mejorado mucho, sigue estando lejos. Sobre todo llegar hasta arriba. No me gustaría cruzarme con otro coche en esas carreteras. No sé si lo quiero conocer en invierno.
Qué gusto da empezar o volver de vacaciones y contaros relatos como estos y otros que vendrán. Parece que la inspiración y las ideas de rutas y destinos vuelven a este blog, tras meses de sequía tibial.
Os espero en este txokito todos los jueves, mientras tengamos ganas de salir con la autoca.
Qué tal han ido vuestras vacaciones ? Bien o mejor?