Cuando acabamos nuestro periplo esloveno, decidimos que al menos los puntos principales de Croacia podríamos visitar. Y como primera incursión en este país, nos ha gustado un montón pero nos han quedado tantas cosas por visitar… Para la próxima vez que vayamos lo organizaremos para poder visitar también Bosnia, estábamos muy cerca de Móstar pero no nos daba tiempo. Nos hubiera gustado mucho ir. Pero el tiempo es el que es. Así que decidimos visitar los puntos principales: Dubrovnik – Split – Plitvice. Nos ha quedado visitar Krk – Pula – Krka – Zadar – Zagreb – Mostar – Sarajevo. Así que tenemos que volver.
A Croacia entramos desde Eslovenia, saliendo de Pyran eran las 7 de la tarde aproximadamente, después de haber disfrutado de un precioso paseo junto al mar nos pusimos en marcha hasta donde llegaramos. Y dale que dale hemos conocido la hora en la que amanece en Dubrovnik en julio.
Dormimos un ratito en la entrada del camping Solitudo y a las 8 metimos la autocaravana en el camping y nos quedamos a disfrutar del mismo, hacía demasiado calor para meternos en el horno de piedra.
EL camping Solitudo forma parte de un complejo hotelero (Valamar) y puedes disfrutar de todas sus instalaciones. Piscinas, animación, baños, playa privada, etc. Nos vino genial descansar toda la mañana en el camping. Aunque siendo de Donostia con esas playas de arenas finas, las playas croatas llenas de piedras, piedroncas, y piedritas…. Pero no podemos tenerlo todo
Al atardecer cogimos el autobús número 6 y en quince minutos llegamos a la zona amurallada de Dubrovnik. Aún se notaba que había gente, pero nada que ver con lo que eso peude ser en hora punta. Cogimos un teleférico para ver Dubrovnik desde las alturas.
En Dubrovnik lo mejor es callejear por su ciudad amurallada, oler el muelle, ver los islotes. Disfrutar del atardecer.
Desde el camping nos ofrecían diferentes excursiones para pasar el día en un velero, conocer algunas de sus islas, en definitiva, una excursión parecida a la de ir a nuestra Santa Clara, pero comiendo en el barco y bastante más cara que los 4€ que cuesta ir y volver de la isla.
Al despertarnos pusimos rumbo al norte, salimos sobre las 11 del camping y empezamos a subir. Desde Dubrovnik hasta Ploce que es donde se cogería la autopista fueron dos horas de carretera de costa (153KM), que no vimos a la ida por haberla hecho de noche cerrada. Pudimos admirar Ston, el pueblo con la muralla más larga del mundo…. Después de la China.
Nos hubiera encantado tener un par de días más al menos, para poder parar en alguna calita, en algún pueblito recóndito oculto entre isla e isla. Pasamos por Markaska donde también estaría bien una paradita e incluso coger un ferry que te acerca a las islas de esta zona. FInalmente llegamos a Split por la tarde. Aparcamos en el parking del puerto y nos perdimos muy agusto por sus callejuelas que en realidad pertenecen a su antiguo palacio, le tocamos los pies a don Gregorio, buscamos las diferencias en las fachadas de la Plaza Porticada, y nos comimos un bocadillo típico. Pero nuestra idea era acercarnos lo más posible a Plitvice. Otras dos horas y media de carretera serpenteante entre pueblos y campos. En el camino a las cascadas hay numerosos lugares de pernocta tanto en casas particulares, restaurantes y algún camping. Nosotros optamos por este aparcamiento de un restaurante chino. Un poquito ruidoso porque pasaron bastantes camiones a gran velocidad, pero estábamos tan cansados….
En el parque natural hay dos aparcamientos en los que no está permitida la pernocta, te cuesta 70KUN el día completo. Da igual que estés una hora que diez. Dentro del Parque, si no vais a coger ni autobus ni barcaza, quizá no te merezca la pena pagar la entrada al mismo, no nos la pidieron en ningún momento. A las 17h se va mucha gente, a tener en cuenta para llegar sobre esa hora porque el parque cierra a las 21horas. Y seguro que hay mucha menos gente que la que tuvimos nosotros:Teníamos olvidado lo que era visitar en hora punta. Esas procesiones de gente que te obligan a llevar un ritmo en el paseo, que no te permiten pararte todo lo que quisieras, y que por supuesto nunca saldrás solo en las fotos.
Hacia las 5 de la tarde pusimos rumbo de regreso a casa, hicimos la parada nocturna en Trieste, en tierras italianas, dormimos junto al puerto bajo una tormenta de rayos y mucha lluvia que parecía que nos tiraba al mar. Madrugamos y entonces sí, comenzaba nuestro viaje de regreso. Otra vez otra pechada hasta Pirineos, para terminar las vacaciones descansando en un camping de toboganes en mi querido Argeles Gazost.
Y hasta aquí nuestro periplo veraniego. Y vosotros, qué ¿Vais o volvéis?