La decepcionante actuación del atletismo español en los Juegos Olímpicos, ha colocado mil dianas al presidente de la Federación José María Odriozola. Muchas son las voces que reclaman que no presente su candidatura. ¿Es necesario un cambio en la presidencia? ¿Está quemado Odriozola?

En los últimos días se han confirmado dos candidaturas que optarán –si obtienen los avales necesarios- a dirigir el atletismo. El valenciano Vicente Añó, quien fuera vicepresidente de la Española, y dos exatletas, Fermín Cacho y Martín Fiz, éstos en candidatura conjunta.

Odriozola ha dudado en los últimos meses presentarse a la reelección. En las últimas semanas los más cercanos han recibido ese interrogante del propio Odriozola. Quien le conoce, dice que cuantas más presiones en su contra existan, su paso al frente será más firme. Reconozco que le va la marcha. Él sabe que tiene mucha fuerza en el atletismo español. Que le apoyan desde casi todos los estamentos. Y, ahora, además, él aflora el aspecto de la responsabilidad de no dejar el deporte que tanto ama en el momento actual, en plena debilidad y con un futuro complicado por la situación económica.

La realidad del atletismo español es que muestra un preocupante presente y un futuro que más parece un desierto, lejos del paraíso reciente que estuvo cargado de éxitos y medallas. La generación dorada de atletas dice adiós. El cambio generacional no ha sido tan rápido como en otros momentos. Los atletas de talla mundial son muy escasos y cada vez lo tienen más difícil para ser medalla en unos Juegos o en unos Mundiales.

¿Tiene toda la culpa Odriozola de lo que está sucediendo? Sería injusto afilar los cuchillos en contra de una persona, de una junta directiva. Pienso que Odriozola ha sido un muy buen presidente. Amante como pocos de este deporte. Sin embargo reconozco que en los últimos tiempos me han decepcionado algunas de sus decisiones, o sus no decisiones. Siempre llevó como bandera su cruzada antidopaje (recuerdo a finales de los 80, principio de los 90 cómo peleó en este punto) pero no me ha gustado cómo se ha manejado en algún escenario reciente. Me ha dado la sensación de que se ha dejado ‘engañar’, que no ha sido contundente, que el rompe y rasga no lo ha utilizado en algún episodio sensible.

Quien dice que el cero medallas de Londres (más Pekín) es por culpa de Odriozola, es resultadista y con una foco de crítica excesivamente personal. Con cualquier otro presidente el cero medallas se hubiese producido igualmente. Lo que es necesario poner en tela de juicio son algunos métodos/estrategias utilizados desde la Federación, el trabajo de coordinación con comunidades autonómas, la no reformulación del sistema de ayudas y becas a los atletas, la renovación de parte del esquema técnico, el no poner en duda si el puesto de director técnico es necesario o debe seguir ligado a la persona del presidente, de no trabajar y pensar en una persona que ofreciera el relevo para dirigir el atletismo español…

Yo no manejo todos los datos necesarios. Algunas decisiones para mí erróneas de Odriozola posiblemente tengan un ángulo de justificación. Ahora bien, visto desde fuera, con la perspectiva que me dan los años como periodista de atletismo (seis con Juan Manuel de Hioz y los 24 con Odriozola), creo que se ha llegado a un punto donde instituciones, organismos, medios de comunicación, opinión pública… colocan el dedo pulgar hacia abajo. Unos lo hacen por cuentas pendientes, otros por presiones, otros porque no van más allá de un resultado olímpico negativo, otros por los rumores, y otros porque escuchan y leen a los anteriores.

Personalmente considero que un cambio en la Federación es necesario. Mi análisis no pasa por buscar culpables. Reclamo soluciones. Me gustaría que fuera un cambio controlado, no de bomba atómica. Aprovechar lo bueno de Odriozola, que lo tiene, y seguir apoyando a las personas que están trabajando por el atletismo sin banderolas personalistas. Es cierto que hace falta generar una corriente de opinión que modifique algunos comportamientos. Es necesario innovar en temas de promoción, seguimiento de figuras, apoyos a atletas de talla mundial. Eso sí, que nadie lo olvide, con un 40% menos de presupuesto. Quiero una varita mágica…

Por el momento hay tres vías cara a la presidencia. Un ex que desea volver (Añó); una segunda candidatura ‘desde la pista’ con el peso que dan las medallas y el carisma (Cacho y Fiz); la vía ‘de siempre’ y continuista (Odriozola)… y la cuarta opción, aún no desvelada ni propuesta, porque partiría desde una persona de la actual Junta, y solo daría luz verde si Odriozola renunciara a su reelección. Sería una persona con enorme prestigio, exatleta, conocedor de la estructura federativa, tendría un apoyo notable. No es un antiOdriozola y por lo tanto si el actual mandatario decide presentarse, ni se conocería el nombre. Cuestión de fidelidad.