¿Mourinho es un diablo o un estratega? Incendio en el vestuario del Real Madrid. ¿Espontáneo después de la derrota en Sevilla, viendo que el Barcelona está ya a 8 puntos y que acaban de salir de tacos? ¿O es un incendio provocado con algún objetivo más allá de la rajada?
A la tristeza de Ronaldo se suma ahora el “No tengo equipo” (después rectificado por Mou). “No me defendéis en el campo”, llegó a decir el técnico a los jugadores. No creo que es una lección de psicología deportiva lo que aplica el portugués. La reacción por agresión dialéctica, llega a cansar. Quizás en la sorpresa puede suponer la motivación de un grupo aunque con el riesgo de dejar en la cuneta a parte del colectivo.
La brecha portuguesa/brasileña puede llegar a ser de vértigo si alguien no frena el desencuentro en un vestuario resquebrajado sobre todo cuando el casillero de derrotas va aumentando. Los manguerazos para apagar las llamas han llegado desde muy arriba. En los despachos, los dirigentes se han removido en sus sillones. Incomoda una situación de rifi rafe y más cuando ves al eterno rival con catalejos.
Los caprichitos se sirven pero ya no es el despilfarro de antaño. Llegan con cuentagotas, con medida a golpe de calculadora. Después hay que escuchar aquello de “No tengo equipo” y eso quema a más de uno. Hay muchos millones de euros en el campo, en el banquillo… y en la grada. Se desprecia a la cantera. Jóvenes valores emigran y, además, triunfan a miles de kilómetros.
Bien. Ya sé que no es lo importante en un club de tanto presupuesto. Hasta hay quien dice que Mou pasa de la Liga y su objetivo único esta temporada es la Champions. No opino lo mismo. Creo que buscará el doblete. Otros hacen cuentas y ya no les sale la remontada. Ocho puntos son ocho puntos, pero caramba estamos en la cuarta jornada de campeonato. Me parecería triste que en los próximos ocho meses no habláramos sobre qué equipo será el campeón porque ya está decidido.
Esta movida del madridismo puede quedar en el olvido en 90 minutos. Es el tiempo que dura un partido de fútbol. Hoy, por ejemplo, ante el Manchester City. Si hay muchos besos al escudo del Madrid en las celebraciones de los goles, todo (casi) estará olvidado. Pero si la herida crece, alguno deberá disfrazarse de kleenex. Ya sabéis, de los de usar y tirar. En fútbol o en política eres pañuelo de seda cuando coqueteas con la victoria… pero cuando la derrota se repite o las urnas te dan una patada en el trasero, alguien de ‘arriba’ no tarda un segundo en convertirte en pañuelo de papel usado y arrojarte a la primera papelera en forma de cese. Ojito.