En los últimos tiempos el deporte está viviendo una redefinición. El intento de reinventarse no solo se da en las reglas de juego. La búsqueda de espectáculo, de show, es constante. Atraer al público, sorprender al aficionado. Desde concursos de triples, carreras de atletismo con handicap, duelos entre profesionales de distintos deportes… Y sin olvidar la vertiente solidaria, de compromiso social.

En numerosas ocasiones son los propios deportistas los que provocan ‘competiciones’ para obtener ingresos para una ONG, una asociación, una fundación. Es el caso del torneo ‘proam’ que Txema Olazabal y Rafa Nadal protagonizarán en noviembre en Mallorca. Punto de solidario, punto de rivalidad, punto de show. Txema y Rafa serán cabezas de cartel en este caso, pero con 18 profesionales de golf que contarán con tres amateurs por golfista, esto es, 54 deportistas más, de otras especialidades, como es el caso del tenista y me imagino que apostarán además por un buen puñado de futbolistas con gancho puesto que hay numerosos casos de jugadores que practican golf en sus momentos de ocio o vacaciones.

En atletismo ha habido algún intento con resultado discreto. Por ejemplo en la Behobia con Fiz y Antón, y cientos de populares que se unían a sus equipos.

El Torneo de golf  Olazabal-Nadal aspira a entrar en circuito europeo. Parece que el destino de los beneficios (patrocinadores del Torneo) irán destinados a la Fundación de Nadal y a la asociación guipuzcoana Sport Mundi, que preside el golfista hondarribiarra, y que organiza eventos y espectáculos deportivos para obtener fondos destinados a proyectos solidarios.

Desde luego aplauso para estas iniciativas. Por un lado, se oxigena un, en ocasiones, acartonado deporte, y por otro lado los deportistas se implican en la sociedad más necesitada.