Hoy 18 de abril es el cumpleaños de Haile Gebrselassie. 40 años. El atleta de la sonrisa eterna. Incluso en las derrotas. 27 récords del mundo. Dos títulos olímpicos (le ha faltado la medalla en la prueba de maratón). Cuatro oros mundialistas. Un prodigio en los 10.000 metros. Un prodigio en el maratón a pesar de que los técnicos en su momento eran categóricos: “Con su zancada botona nunca podrá correr bien el maratón”. Pues lo hizo, y con plusmarca mundial.
Desde aquella polémica final en el Mundial junior de 1992 en Seúl en la que logró el oro a pesar de los empujones de unos de sus rivales kenianos, ya son 21 años conviviendo con un corredor que ha conseguido entrar en el corazón de los aficionados al atletismo y es un corredor ‘reconocible’ por los que no son seguidores asiduos a este deporte. A Gebre se le conoce y admira. Esa sonrisa, esos gestos de buen compañero, sus declaraciones respetuosas… hacen de Gebre un fondista querido.
Recuerdo con sumo agrado sus carreras en San Sebastián y Elgoibar. En esos crosses, unos meses antes de cumplir 20 años, no pudo ganar por tema de galones militares. Etiopía envió a dos atletas a las citas guipuzcoanas: Fita Bayisa, capitán del ejército, y Gebrselassie, soldado raso. Carrera en pareja y dominio absoluto de los etíopes. Solo al final Bayisa se escapó de Haile. Pero pareció que el joven no apretó los dientes, que solo acompañó al capitán. Y así fue. En casa de Manolo Odriozola, en el donostiarra barrio del Antiiguo, repasando al día siguiente el vídeo de la carrera, Haile solo se reía cuando veía ese final y le daba palmadas a Fita. El capitán del ejército, de carácter más serio, sonreía. Bayisa era muy bueno, pero en poco tiempo se demostró que aquel chavalín de cuperpo enjuto, con piernas como rascacielos, con zancada amplia, con una sonrisa kilómetrica, era una estrella del atletismo.
Era necesario recordar aquel nombre cargado de historia de su país. Haile Gebreselassie, con “e” después de la “r”, que luego ha desaparecido en las biografías. En ese momento nadie intuía que sería tan bueno, y menos en asfalto, por lo comentado anteriormente. Quien le conoce destaca su calidad humana. El chaval era un encanto. Años después hemos coincidido en diferentes competiciones. Y siempre me ha sorprendido su memoria y parece gratitud por lo que vivió en San Sebastián y Elgoibar. Aquel fue uno de sus viajes fuera de Etiopía. Me imagino que la familia Odriozola tiene mucho que ver en aquellos saludos y abrazos que da cuando receurda “Seinssibastien” o algo así lo pronuncia.
40 años en su pasaporte, una edad por cierto que era creíble de joven. El etíope entra en el club de mejores fondistas de la historia. Años después Kenenisa Bekele también ha presentado su candidatura, sobre todo en la especialidad de cross, pero sus lesiones han retrasado su salto el maratón, a diferencia de Gebre que ha marcado una época después de abandonar la pista.
Otros fondistas de la historia también pueden ser designados “mejores de la historia del atletismo”, pero Gebre tiene muchos boletos para superar a los Nurmi, Zatopek, Bikila, Viren… ¿Por quién te decantas?