El campeonato de España junior es una de esas competiciones que da gusto ver. Jóvenes de 18 y 19 años que están a punto de dar el salto al atletismo semiprofesional. En la pista existe esa sinceridad deportiva que quizás se va perdiendo a medida que te adentras en la caverna de la competitividad absoluta.
Es una categoría en la que clubes modestos, o entrenadores de toda la vida, reciben la recompensa del esfuerzo de muchas tardes bajo la lluvia o de temperatura tórrida. Llega el momento en el que ese molde de atleta se transforma en escultura admirada. Me gusta disfrutar con esa alegría entre atleta-entrenador después del éxito. Me gusta presenciar cómo los padres felicitan orgullosos a su hijo por su trabajo que culmina y al técnico que dedica muchas horas de forma voluntaria a su vástago. Me gusta ver cómo la cuadrilla de un atleta acude a la grada con su pancarta, anima con sus gritos y desprenden satisfacción cuando su colega sube al podio.
Son vivencias del pasado fin de semana en Anoeta. Me reconfortó ver a tres clubes guipuzcoanos con representantes en el podio. Tres equipos que trabajan de lo lindo y que tuvieron recompensa. Dos medallas de oro para Arrasate, un foco de toda la vida en el atletismo vasco. Fernando Zufiria ahí estaba con su txapela, con los ojos brillantes por los éxitos de Maialen Axpe en la pértiga, oro, y con Iñigo Uribarren, ahora en la Real, oro en triple salto. Fernando ha trabajado durante décadas en esta zona guipuzcoana. Y lo más importante ha ido pasando el testigo a jóvenes entrenadores que significan la continuidad de una labor bien hecha. Es el caso del pertiguista Jonathan Pérez que tiene un grupo de saltadores/as, y de Mikel Uribesalg o, un exsaltador, que ahora lleva los pasos del nuevo campeón junior de triple.
Arrasate ha vivido mejores y peores épocas. Sin embargo su cantera sigue potente y con unos medios muy limitados. Mucho mérito. Otro de los focos que en los últimos años ha explotado, ha sido el del Bidasoa. Ibón Muñoz es uno de los artífices actuales junto a la familia Sarriegi, Valentín Dean, Javi Eguiazabal y otros como José Mari Yugueros, Julen Olamusu, Juanjo Garrantxo… que consolidaron el hoy Super Amara Bidasoa. El equipo fronterizo fardó de chica extraordinaria. Teresa Errandonea es una de las figuras de la temporada española. Su marca de 8.45 en los 60 vallas iguala el récord español junior y ella es aún primer año en la categoría. Casi nada. A Teresa le presenté durante el campeonato a una explusmarquista y campeona de España la navarra Ana Barrenechea y a la joven atleta le brillaban los ojos cuando Ana le contó las marcas que tenía hace 20 años y recibió la felicitación de la excampeona por su trayectoria.
Otra medalla guipuzcoana llevó la firma del Tolosa, otro histórico. Otro club de cantera, con altibajos, pero también fortísimo en las últimas temporadas. Y como es habitual la presencia de un cuadro de monitores y entrenadores resulta imprescindible para alcanzar éxitos. Iban Gallego, Arratibel y otros más permiten que la camiseta urdiña recoja alegrías. Irune Agirrezabala fue bronce en vallas… Curiosidad: su amatxo, Natalia, fue voluntaria en el área de prensa en el Europeo junior de San Sebastián en 1993 un año antes de nacer la ahora vallista de gran nivel. Cosas de la vida. De voluntaria a sufrir como madre en la grada.
Equipos de formación, entrenadores voluntariosos, monitores que rastrean colegios. La cantera de toda la vida tan necesaria para que este deporte no muera. Viejas ideas para nuevos dirigentes.