Otra vuelta de tuerca al dopaje en el deporte español. Otra operación para descubrir una de las vertientes de deportistas, entrenadores, médicos y colaboradores que se lucran con el engaño y la trampa.
La Operación Skype nace con las declaraciones de dos deportistas suspendidos por dar positivo, un ciclista David García y un atleta José Luis Blanco. La operación parece tener un calibre notable. En este caso ya no solo era para suministro de deportistas españoles, ahora la red exportaba a otros países como Colombia y Marruecos. A este paso, España va a tener una línea de negocio. Perdón por la ironía.
Los productos salían de un centro hospitalario de diálisis de Mataró. Confío que el control mejore porque aquí puede estar surgiendo una nueva red mafiosa, no exclusivamente de sustancias dirigidas al deporte sino también para otros fines como por ejemplo la preparación de aspirantes a bombero con el objetivo de mejorar su rendimiento en las pruebas físicas. Precisamente esta era la labor que ejercía Carlos Pérez, el exentrenador de Marta Domínguez. Dos de dos. Es decir, detenido en las dos últimas operaciones antidopaje, la Galgo y la Skype. Y según fuentes policiales va a ser imputado de nuevo. Ya sabéis lo que pienso de este tema y la absoluta decepción con las leyes españolas en esta materia. No me creo algunas de las inocencias cacareadas que aún permanecen bajo nubes muy negras de dudas a pesar de que la toga haya determinado que las incertidumbres confirmadas no son suficientes para culpabilizar.
Una cosa es la inocencia judicial, normativa, procesal, incluso deportiva, y otra muy diferente es esa inocencia que no se instala en el ciudadano al estar contaminada por los indicios, evidencias, testimonios. Quiero decir que chapapote de la duda es de magnitud brutal desde la Operación Puerto. Luego llegó la Operación Galgo y su lenguaje esotérico que nunca he llegado a comprender por qué fue utilizado por algunos de los imputados. Si no había nada ilícito, eso de hablar de limpiezas de pisos por limpieza de cuerpo, o pendientes, o… No lo sé. Tengo el estómago revuelto después de la detención y biimputación del extrenador de Marta Domínguez. Yo que soy tan ingenuo… Cuando ya le había dado la vuelta al asunto de la senadora palentina, me llega este chasco. ¿Me lo creo? ¿No me lo creo? ¿Habrá algo? ¿No habra nada? Será que la Guardia Civil le detiene por pasar la mañana. Tendré que recuperar el archivo de datos/dudas que mantengo en un pendrive. Pero esta vez no me juego un café con nadie. Nuestra Ley actual no merece mi confianza como para perder dos euros.