Los Juegos Olímpicos permiten cruzarte en el desayuno con tu ídolo. Compartir alojamiento con el deportista que tienes en un póster colgado en la habitación de casa. O pedirle un espacio de entrenamiento al plusmarquista mundial. El cazaautógrafos, algunos profesionales y no es metafórico, es un clásico de estas citas internacionales pero ahora el móvil-cámara te permite sacarte una foto en un segundo con cualquier mostruo del deporte.

¿Y tú con quién te harías la foto? Los atletas elegirán a Usain Bolt y a Yohan Blake por si el chavalín deja sin luz al relámpago. Los del basket buscarán las siglas USA en el chándal. Posiblemente Kobe Bryant sea el más solicitado. Los del tenis han perdido a Rafa Nadal -por cierto un encanto a la hora de posar o firmar un garabato- y se inclinarán por Federer. Los de la piscina pararán a Michael Phelps. Cada deporte tendrá sus iconos, sus multicampeones, el deportista admirado. Lejos de los focos, esos líderes mundiales de los deportes menos conocidos tienen poco ‘trabajo de pasarela’. Y seguro que lo agradecen pero también son los más generosos a la hora de la petición.

En ocasiones resulta cansino para las grandes figuras atender tanta petición de foto, con abrazo incluido y obligada sonrisa. De ahí que muchas estrellas decidan no residir en la Villa Olímpica y elegir un hotel o un apartamento. Lo que en su momento podía parecer un acto de divismo, ahora se entiende por la tranquilidad y por no reducir el rendimiento en la competición, que para eso han ido a los Juegos.

El caso de Carl Lewis fue terrible en los años 80. No podía apenas moverse por la Villa. Era una de las grandes estrellas del deporte y en aquellos momentos sin grandes estrellas en natación, ciclismo, sin chicos de la NBA ni apenas tenistas, el de Alabama acaparaba todas las incomodidades por su fama.

Sin embargo, yo siempre recomendaría vivir en la Villa Olímpica, al menos unos días, cuando menos después de la competición si te lo permite el Comité organizador. El ambiente es espectacular y la convivencia con otros deportistas es sumamente interesante, también para un número uno o un millonario en dólares. Creo sinceramente que ese paso por unos Juegos es algo que nunca vas a desprenderte en tu vida. Llevarás una experiencia entrañable.

Bien, ¿y tú con quién te harías una foto?