Illumbe es esa pieza rebelde que siempre existe en una ciudad. Su infancia no fue afortunada y la adolescencia está siendo problemática. Las corridas de toros eran el regalo que los taurinos, nostálgicos del viejo Chofre, pedían año tras año en sus cartas a los reyes magos. Llegó la plaza, llegaron los toros, aterrizó la polémica, políticos con el gesto torcido, algunos mirando hacia otro lado.. y quien aplaudió, por supuesto.
Pasaron los años y la exclusiva, por uso, arena veraniega dejaba paso a un parqué invernal. Jugada de carambola y con tirabuzón. Un equipo donostiarra de baloncesto que crecía en Anoeta, una afición que reventaba el polideportivo Gasca, unas necesidades de nueva cancha que chocaron con la sensibilidad deportiva de un alcalde que vio en Illumbe, otra vez Illumbe, una excusa para sacar rendimiento al coso taurino también en invierno-primavera. Los dos pájaros de un tiro se hacían realidad. Ahorro al no acometer la remodelación de un polideportivo obsoleto y, a la vez, más uso a una instalación criticada, con un mantemiento costoso y nula rentabilidad durante once meses y medio.
La cohabitación toros-baloncesto no ha resultado del todo mala. Ha sobrevivido. Sin más. Los aficionados hubiesen agradecido un Gasca más accesible, más cercano a la cancha, más cómodo… Pero se pasó el momento y los logros deportivos hicieron olvidar las penurias. El club, también las arrinconó. Se quejaba por los bajines, pero renunció a chocar un millón de veces contra un muro político alertando de los múltiples problemas que tenía por entrenar-competir en una plaza de toros. Los pataleos eran menos pataleos con los éxitos. Normal.
Sin embargo llegó el verano 2012 y las cornadas a Illumbe llegan para unos y para otros. Es curiosa la pinza a baloncesto y a los toros. Desde la Diputación estoque casi mortal al basket por el recorte brutal a la subvención. Primera consecuencia: no a Europa. Segunda, no a los fichajes, no a alguna renovación y adiós a uno de los jugadores clave, Baron. Los triples se esfuman de Illumbe. El espectáculo será menos espectáculo. El baloncesto queda tocado. ¿Por cuánto tiempo?
Es sorprendente que si ese color político de Bildu en la Diputación de Gipuzkoa da una patada en el culo de un deporte con una enorme base de practicantes en Gipuzkoa y con una repuesta sensacional de público cada quince días, desde el Ayuntamiento de San Sebastián, con el mismo color político, apuesten por el baloncesto cediendo la instalación de forma gratuita y posibilitando alguna reforma. ¿Será que con esta excusa de la ‘reforma’ entran con el pico y pala para modificar la plaza y adecuarla mejor al baloncesto y desarmarla para los toros? Espero respuestas.
Unos hinchan con el inflador el soufflé del baloncesto y pinchan con una aguja el globo de los toros. Desde la otra casa, perforan el salvavidas del baloncesto para que agonice en la arena, junto a un burladero ya sin toros y pronto sin jugadores de 2 metros. Admito apuestas.