El Masters de Augusta siempre es uno de los acontecimientos deportivos del año. Un espectáculo. Un campo precioso. Endiablado. Y que siempre ofrece historias. Me ha soprendido el chaval de 14 años, que es una de las atracciones por singular. Los técnicos hablan maravillas del chino Guan. En la primera jornada le seguí unos hoyos y se le ve como un jugador de 40 años y muy maduro. Le tienen un cariño especial. Los caddies de sus rivales, le hicieron todo tipo de carantoñas cuando terminó el recorrido. Es como la mascota del torneo. Pero qué zurriagazos pega a la bola…

El tema de la edad de los participantes de alto nivel en el golf siempre ha sido un tema que me ha asombrado. Esa combinación de jóvenes valores y veteranos con barriga y buen puro después de terminar cada recorrido. Me imagino (lo sé) que de lo segundo cada vez menos. Evidentemente cada día el tema físico es clave para brillar en este deporte. Pero parece cierto que la experiencia, la técnica, la capacidad mental… son factores que pueden resultar decisivos aunque no tengas una preparación física y una edad como se entiende en otros deportes.

Esa combinación de la promesa veinteañera con el veterano de 60 años con un cuerpo ‘poco deportivo’, ha provocado incluso que en ocasiones los más puristas y poco concocedores de esta especialidad, hayan querido despojar al golf del concepto deporte y le han calificado como juego. Error sin duda. El golf es un deporte con todas las letras. Eso no significa que se pueda ver en un campo de golf a un campeón abuelo que en otros deportes sería arrollado por las jóvenes generaciones. Pero no por ello es menos deporte. He visto muy de cerca la preparación física de jugadores guipuzcoanos de golf y desde luego es muy exigente y además con unos ejercicios específicos durísimos. Lo puedo asegurar.

En Augusta estos días se puede disfrutar del adolescente de 14 años Tianlang Guan con Tom Watson de 64 años, o con Langer y O’Meara de 56; o con el inglés Ian Woosnam de 55… entre otros entraditos en años. Y será un hecho normal que gane el torneo un cuarentón, cuando en otros deportes ya digo llevan años retirados. Y ahí está nuestro Txema Olazabal, con casi 47 años. No está para ganar seguramente por culpa de esos problemas físicos acumulados durante años y que en atletismo o baloncesto, le hubiesen retirado por completo. Sin embargo completó la primera jornada, con 74 golpes, disfrutando de ‘su circuito preferido’.