Los recortes en las subvenciones por parte del Consejo Superior de Deportes a las Federaciones nacionales, obliga a que muchos deportistas de elite en especialidades con escasos recursos, se conviertan en mileuristas. Se están tomando decisiones durísimas desde las propias federaciones. La pelea por llevarse un gajo del menguado presupuesto se plasma con el cuchillo entre los dientes y los intereses afloran con notable intensidad.
En ocasiones la coherencia significará priorizar y si existe equilibrio en la toma de decisiones ese deporte no se verá perjudicado. Sin embargo, una normativa electoral obsoleta y muy mediatizada por deportes como el fútbol, arrastra a tener en Juntas federativas, comisiones delegadas, etcétera unas representaciones muy desequilibradas de los estamentos que conforman una federación.
Esos desequilibrios significan votos en decisiones claves para el futuro de esas federaciones. Se puede dar el caso de que clubes y federaciones autonómicas olviden a atletas y entrenadores -con menor representatividad- y primen intereses que posiblemente atomicen becas, subvenciones, ayudas… a los verdaderos motores del deporte, sin desdeñar la labor y la necesidad de poser unos potentes clubes y unas dinámicas federaciones.
En las actual situación, la mano izquierda, la cadera flexible, el cambio de paso… se hace imprescindible. No sería bueno anclarnos en el pasado, en repetir páginas éxcel y en no reinventar modelos. La bajada en bastantes ceros de las subvenciones, en porcentajes que alcanzan el 47% en el caso del atletismo, ha significado reducir el personal de las federaciones, incluido número de técnicos, entrenadores y deportistas con ayudas económicas.
En el deporte español se están viviendo escenarios inimaginables hace un tiempo cercano. El copago llega a algunos deportes en forma tan brutal como que los deportistas de una selección española tengan que pagarse de su bolsillo -el de sus padres- el viaje a una competición internacional. De lo contrario, España renuncia a participar. Me parece durísimo e injusto. Algunos de esos excelentes deportistas no tienen recursos económicos para ir y son ellos mismos los que renuncian. Por lo tanto irán con la selección quien tenga dinero. Injusticia descomunal pero también es necesario que alguien tome nota, que se resalte la situación tan negativa que se está viviendo, socializar la penuria económico-deportiva.
El país vive una situación durísima y el deporte no puede ser una burbuja. De acuerdo. Lo único que pido es que cuando lleguen las citas mundialistas o la de los cinco aros, nadie se eche las manos a la cabeza por los resultados y lleguen las comparaciones con otras naciones. Es el momento de analizar el trabajo y el esfuerzo y casi casi olvidarnos de los podios. Y si alguien quiere una medalla, que entre en un bazar chino. Las oficiales estarán reservadas a países que inviertan, puedan invertir, en deporte. Ojalá que las perlas/estrellas deportivas, que siempre han salvado al deporte español, elijan seguir sudando la camiseta a cambio de casi nada.