Es lo que comentó por Fernando Ibarreta, responsable de producción de la Behobia San Sebastián, en el programa de Teledonosti ”Keridos Monstruos’. Sin embargo, no está en el ánimo de la organización llegar a esa cifra… al menos en las dos próximas ediciones. Si este año fueron 28.300 inscritos, para 2014 y sus bodas de oro, la carrera romperá la barrera de los 30.000 y punto. No es el mejor momento para ser más gigante en este apartado numérico. No después del fallecimiento de una corredora. Esta fatalidad siempre impone y siempre surge la duda de si es aconsejable seguir acogiendo populares, que desgracidamente en algunos ¿bastantes? casos no responden a una buena preparación con el consiguiente peligro de que se produzca un percance grave.

Crecer sí, pero no a cualquier precio. Es la consigna del club Fortuna. Y no decae. Nadie quiere caer en la trampa de un gigantismo que arrastra riesgos. Es cierto que edición tras edición mejoran de forma significativa los medios sanitarios para intentar evitar cualquier accidente. A la respuesta de una organización, que recibe una nota muy alta por parte de los participantes, llega el momento de la respuesta de ese atleta popular, de ese deportista por un día, que busca disfrutar durante una hora y pico o dos horas en el asfalto. Esa respuesta solo puede marchar en una dirección: concienciarse para prevenir, no dudar en realizar un reconocimiento médico, convencerse de que correr 20 kilómetros no es una juerga aunque el ambiente sea festivo, entrenar adecuadamente y renunciar a estar en meta o retirarse si el cuerpo ofrece algún síntoma anormal.

Esa cifra de 30.000 atletas obliga a colocar los puntos sobre las íes. Las bromas son pasado. Y como esto de la Behobia se está convirtiendo en una tradición, en un repetir año tras año, los jóvenes de los años 90, ahora ya no lo son tanto. Quiero decir que también la edad de muchos de los ‘behobieros fijos’ aumenta y el cuerpo ya no es veinteañero de antaño. Un factor más para ser más cuidadoso e incorporar hábitos que quizás anes, por falta de cultura deportiva, no estaba entre nuestros cometidos como corredor popular.

Tiene razón Ibarreta cuando dice que la Behobia puede llegar a 35.000 ahora mismo, incluso a 40.000. La semilla de esta carrera, que es un lujo, llega a nuevos destinos, y ese pelotón gana volumen y adeptos edición tras edición. Hay muchas personas que se quedan sin dorsal y la lista de espera es amplia.

El reconocimiento por parte de todos de la carrera es evidente. La exigencia en el apartado sanitario seguirá firme. Pero quizás haya llegado el momento de exigir al protagonista de la fiesta que sea consciente de lo que puede ocurrir en 70-120 minutos de esfuerzo. ¿Queremos dar el paso definitivo?