El sábado por la tarde comenzó el espectáculo. Durante los 30 km que recorrimos por las calles de Buenos Aires, desde el parque cerrado hasta al podio de la Casa Rosada, pudimos ver que la ciudad era una auténtica fiesta. Miles y miles de personas se agolpaban, saludando y haciendo fotos a nuestro paso. Una pasada… Aquí en Argentina el Dakar se vive con locura.
Al llegar al podio, al famoso arco, recuerdas las imágenes que tantas veces has visto por televisión. Pero ahora somos nosotros los que estamos aquí. Una sensación de “subidón” increíble.
Emocionados por lo vivido, volvimos al campamento y al hotel a cenar y descansar, pues al día siguiente empezaba lo bueno. Por fin, la primera etapa, de Buenos Aires a Villa Carlos-Paz.
Comenzamos la jornada con un enlace de 144 km y después, una etapa de 170 km de caminos rápidos, con polvo y continuas curvas de 90 grados, que ya empiezan a dejar a más de un vehículo en la cuneta. Superamos la especial sin problemas.
Nos refrescamos en una gasolinera y luego nos tocó otro enlace de 519 km por autovía infernal y llegamos a Villa Carlos-Paz a las 22:00h. Ahora, a los pilotos les toca cenar y descansar, mientras que Paco con la ayuda de Juanmi, le pega un repaso al coche y lo dejan listo para la segunda etapa.