Cuando acaba una temporada, tendemos a pensar que el mundo ciclista se para. Nada más lejos de la realidad. Comienza el trabajo de los managers: cuadrar cuentas, o lo que es lo mismo, fichar ‘puntos’. Sí, suena raro, ¿verdad? No he dicho fichar corredores o nombres, que también. Hablo de ‘puntos’. Ese es uno de los baremos para entrar en el tan importante UCI World Tour. Estos son deportivos (puntos), económicos, administrativos y éticos (el menos claro de todos).
En estos primeros años de este World Tour, muchos de los managers no saben exactamente cómo funciona el tema de puntos, y en octubre una lista de esta clasificación de puntos vale su peso en oro.
Algunos equipos se han movido muy bien en el ‘bazar’ ciclista, fichando puntos a cambio de perder calidad. En mi opinión personal, los ejemplos se pueden ver en el Euskaltel o en el Argos-Shimano. Otros han preferido sacrificar una clasificación directa por puntos y fichar calidad a coste de menos puntos, caso de Saxo Bank-Tinkoff Bank.
Conseguida o no una clasificación directa por puntos, entrarían en vigor los baremos económicos y administrativos. Evidentemente, no soy un experto en números y no se exactamente qué requisitos se han de cumplir, pero a priori los encargados económico-administrativos de cada equipo deben tener todos sus papeles en regla para las auditorias a las que serán sometidos para ingreso o no en el World-Tour.
Dentro de los cuatro baremos expuestos por la UCI, estos dos deberían ser los más sencillos de cumplir por los equipos, porque los números no engañan: 2+2=4, o así debería ser pero, repito, no soy de números. Y quizás es más complicado de lo que creo (seguro que lo es).
Y nos adentramos en el último de los manidos baremos: el ético.
Realmente es el que menos entiendo de todos. ¿Qué entra dentro de lo ético? Esa debería ser la gran pregunta de todos los managers, que supongo que ya la habrán realizado o la sabrán, pero creo hablar por muchos. Yo la desconozco. Lo que sí se es que algún manager está en algún equipo World-Tour como manager, recomendado por la UCI, y no sólo hablo de un equipo. ¿Es eso ético? Sinceramente creo que no.
¿Es casualidad que uno de estos managers (Kathusa) haya sido despedido de un equipo con licencia World-Tour hasta 2015 (revisable)? ¿Y que en una de estas revisiones su ex-equipo haya perdido dicha licencia World-Tour?
Nunca creí en las casualidades, y menos en puntos tan oscuros coma la política (UCI) o baremos tan poco claros como el ético.
Son puntos demasiados oscuros, o por lo menos poco claros, que nos hacen dudar a todos del sistema que otorga las licencias. Y sí, se que la Comisión de Licencias no tiene porqué dar explicaciones más que a los propios managers, pero sí pedimos que hace falta transparencia para levantar el ciclismo, de cara a la opinión pública. Creo que esa transparencia debería estar en todos los estamentos y no nos haría dudar a muchos de si es justo o no este sistema para otorgar dichas licencias.