En la contrarreloj ha habido dos carreras. Por un lado, la de los especialistas en la lucha contra el reloj. Junto a Wiggins, los dos primeros ocupan el podio de los mejores contrarrelojistas en la actualidad (cada uno que ponga el orden que quiera). Su batalla ha sido muy bonita, de preparación del Mundial. La balanza se ha decantado del lado de Cancellara, aunque el tiempo de Tony Martin ha sido también merecedor de victoria.
Por otro lado, se jugaban la general. Nibali ha metido muchos segundos a sus principales rivales, con lo que se reafirma que es el que está más fuerte. Hay que mencionar también a Basso, que presenta su candidatura para subir a un cajón en Madrid. Sin embargo, le veo más como un aliado que como rival de Nibali. Va a hacer su carrera y eso le beneficiara al actual líder de la clasificación. Además, el año que viene correrá en el Astana, algo que puede influir indirectamente.
El más perjudicado ha sido ‘Purito’. Es evidente que está un peldaño por debajo del que estaba en el Tour, porque luchó hasta el final por el premio de estar en el podio. Es un gran profesional y lo va a dar todo en la carrera, pero no le veo para llevarse la general. Eso sí, conociéndole, no se le podrá recriminar que no ataca. Por su forma de competir, sabemos que lo intentará.
Valverde tiene más opciones. Tras su pinchazo en el Tour, la cabeza no la tenía en la ronda gala, lo que le ha beneficiado para llegar en un estado de forma óptimo a estas fechas.
Horner tiene la llave de la Vuelta. El americano no pierde nada y es el que va a salir más a lo loco. Ha ganado dos etapas y no tiene contrato para el año que viene, con lo que quiere aprovechar la ocasión. A él sí le vale un segundo puesto. Tal vez si hace una escapada en la montaña, Valverde tendrá que unirse a su rueda. Puede ser la buena.