Sabía que no me iba a defraudar. Sabía que me iba a gustar. Sabía que iba a alucinar. Y sabía igualmente que todo lo que había visto en documentales, fotos; todo lo que había leído, iba a ser irremediablemente cierto. Porque la Antártida es pura e inmaculada. Bueno, también hasta lo que se deja porque […]