Lo que son las cosas, o tardo un montón en contaros cosas, o os doy la txapa continuamente con historias para contar.
Hoy jueves, 20 de septiembre de 2012, yo mismo, arropado por el club Vasco de Camping, inauguro la exposición que albergará el local social del CVCE hasta el 30 de diciembre. Su presidente, Txema Garay, cuando regresé de la Antártida, tuvo la habilidad de convencerme para hacer una exposición de fotografías de ese gran viaje en velero al Continente Helado.
Y gracias al tesón, entrega y buen hacer de su esposa, Elena Beristain, que actúa de Comisaria de Exposiciones, hoy se presenta en la sede del club mío de toda la vida, el Vasco, del que tengo el honor de ser Socio de Honor, la exposición ANTARTIDA, UN SUEÑO.
De las 200 y pico fotografías que le mandé a Elena, le dije que ella eligiera. Así lo hizo, rodeándose de gente por la que se dejaba aconsejar y el fruto de esta elección la veremos a partir de hoy en el Vasco de Camping (Prim, 35 – entrada por Pº Árbol de Gernika). Paralelamente se irá proyectando una película “non stop” que monté con imágenes estáticas y en movimiento.
Esto que reproduzco a continuación es un texto que escribí para la presentación/inauguración de la exposición que tendrá lugar HOY JUEVES A LAS 19:30 HORAS EN EL CLUB VASCO DE CAMPING de Donostia:
La Antártida, un sueño
Todos en la vida tenemos algún sueño que intentamos y/o queremos que se cumpla a lo largo de la misma.
Por el terreno en que me muevo de información, entrevistas y reportajes de montaña, viajes y aventuras, nació en mí la idea de ir a la Antártida. Corría el año 1998 ¡el siglo pasado!, cuando intenté llegar al Continente Blanco desde Punta Arenas en Chile. Aquél año las relaciones hispano-chilenas no eran propicias como para meterme en una singladura de semejante envergadura en un barco militar chileno. Y así, literalmente me echaron del barco minutos antes de zarpar para surcar los mares del sur y toparme con la Antártida. Toda mi ilusión se fue por la borda…
Pero allí si cabe, afiancé más la idea de ir a la Antártida, y en Ushuaia (Argentina) aprendí cómo quería ir definitivamente: En velero. Y desde entonces no he cejado en el empeño. Y este 2012, inmersos ya en el nuevo siglo, ha sido el año. Los momentos vividos en el Continente Helado quedarán grabados para siempre en mi retina e incrustados a fuego en lo más fondo de mi ser. La Antárdida ha sido el viaje. Y el viaje ha sido un sueño cumplido.
Navegar desde Puerto Willians en Chile hasta la península Antártica, ha sido, además de duro, por el hecho de tener que atravesar el temido Cabo de Hornos y el no menos complicado Pasaje de Drake, acompañándonos a veces manadas de delfines, y cientos de cormoranes y petreles sobrevolando nuestras cabezas, toda una experiencia marina que sin duda prevalecerá en mí.
Una vez allí, en las aguas heladas de la Antártida, la navegación ha sido una delicia. Navegar entre icebergs, por encima del hielo, admirando aquellas montañas, aquél espectacular paisaje de hielo nieve y roca, contemplando la rica fauna que habita aquellas aguas y tierras, visitando inmensas colonias de pingüinos, focas transportadas felizmente en los icebergs flotantes, navegando a la par con ballenas, etc., han sido momentos que quedarán grabados para siempre en mi retina e incrustados a fuego en lo más fondo de mi ser. Porque la experiencia ha sido tan grande como el propio viaje en sí que intento con esta exposición que me brinda hacer mi club de montaña de toda la vida, el Vasco de Camping, reflejar en unas pocas imágenes, de las miles que me he traído, del famoso Continente Helado. Lo dicho, la Antártida, un sueño.
JUAN MANUEL SOTILLOS
Donostia, 20 de septiembre de 2012
Ya os contaré cómo ha ido el tema.
Que los vientos nos sean favorables. Hasta pronto