La pasada semana regresé de la Polinesia francesa donde tuvo cabida un poco de todo, montaña en Moorea, buceo y snorkeling en Bora Bora y viendo olas y surfistas en Tahití. Allí entramos en el Nuevo Año celebrando la Noche Vieja con sendas hamburguesas con patatas fritas y un buena cervecita bien fresca, eso sí, en nuestro romántico bungalow con vistas al mar. Y después copita de cava para brindar que no para beber, y luego otra cañita en el Hilton de Moorea.
A ver si me normalizo y sigo con mis b(n)uevas, buenas y nuevas intenciones de mantener el tipo, que diga el blog, activo, como os dije, una vez al mes.
De momento ahí os dejo estas dos imágenes que describen perfectamente el mar y la montaña de la Polinesia.
Hasta pronto amigos