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Jon Piorno

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Duke Kahanamoku, padre del surf moderno y leyenda de la natación

  A prácticamente nadie le sonará su nombre pero sí el deporte que revolucionó. Su nombre completo es Duke Paoa Kahinu Mokoe Hulikohola Kahanamoku, y si les digo que nació en Honolulu os podréis hacer una idea a qué deporte se dedicaba. Fue nada más y nada menos que el “padre” del surf moderno. Pero no sólo fue eso, en su palmarés tiene 5 medallas olímpicas como nadador: 3 medallas de oro (Estocolmo 1912 100 m. libres, Amberes 1920 en 100 m. libres y 4×100 relevos estilo libre) y 2 medallas de plata (1912 Estocolmo en 4×200 m. relevos estilo libre y Paris 1924 en 100 m. estilo libre). Además también consiguió un tercer puesto como integrante de la selección de waterpolo en los juegos de Los Ángeles 1932. Pero su vida va más allá de la competición deportiva, él es para muchos un innovador, para otros una leyenda y para algunos un héroe, él és Duke Kahanamoku.

Nacido en 1890, hijo de una madre profundamente religiosa y de un padre policía también llamado Duke, al que bautizaron así en honor al Príncipe Alfredo, Duque de Edimburgo, que visitó Hawai al mismo tiempo que éste naciese. Duke, como hijo mayor, heredó el nombre de su padre, de hecho cuando empezó a hacerse conocido en el mundo de la natación, todos pensaban que formaba parte de la nobleza. Creció junto a sus 9 hermanos y 31 primos, jugó en el equipo de fútbol “Kamehameha Soccer Team”, pero a él lo que le apasionaba era el surf, frecuentaba más la playa de Waikiki que el colegio, del que intentaba faltar siempre que podía para coger olas en su playa favorita. Situada en la costa sur de la Isla Oahu, esta playa fue el lugar donde comenzó a resurgir el surf, que tras la colonización se había convertido en una afición clandestina, ya que los misioneros lo habían prohibido por inmoral.
“Fuera del agua no soy nada” solía decir, y es que Duke no solo era un gran surfista, sino que todo lo que practicaba en el agua se le daba increíblemente bien. Genial nadador, intrépido socorrista, buen waterpolista y gran remador de canoas.

Participaciones en los Juegos Olímpicos

Duke llegó a sus primeros JJOO como un auténtico desconocido. Antes, había conseguido ya rebajar el récord mundial de los 100 metros en una competición amateur disputada en el puerto de Honolulu “Harbor Race“, récord que en un principio nadie lo creía. Más tarde se logró clasificar para los juegos en una prueba en la que nadó con calambres. En Estocolmo se iba a convertir en una de las figuras de Juegos Olímpicos, consiguiendo una medalla de oro y otra de plata con unos tiempos excepcionales gracias al estilo ‘crawl’ que practicaba. Pero esa medalla de oro estuvo muy cerca de no conseguirla. El conjunto norteamericano llegó tarde a la piscina durante los cuartos de final, y el comité les eliminó por incomparecencia, pero sorprendentemente su máximo rival, el australiano Cecil Healey (que moriría combatiendo en la I Guerra Mundial), amenazó con retirarse él y toda su delegación (en esa época era Australasia) si el comité no rectificaba, y lo consiguieron. Merece la pena recordar estos gestos que tanto se echan en falta en el deporte actual. Se dice que Duke, en otra de las pruebas clasificatorias, se quedó dormido en uno de los rincones del vestuario, y tuvo que convencer a los jueces de que retrasasen lo justo la prueba para que le diese tiempo a ponerse el bañador.

http://youtu.be/CvN6DD8fMJ4

Viajamos a los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920, recordad que en 1916 no se disputaron debido a la I Guerra Mundial. En la ciudad belga, Duke iba a demostrar que 8 años después seguía siendo el mejor velocista del mundo. En esta ocasión tampoco fue sencillo llevarse la medalla de oro debido a causas ajenas a él. En 1920 todavía las calles de la piscina no estaban separadas, con lo que en la final pese a que Duke ganase sin oposición alguna, consiguiendo incluso batir el récord mundial, tuvieron que repetirla porque el nadador australiano Herald denunció que Norman Ross le había cortado la trayectoria en los últimos metros. Se repitió la final y volvió a demostrar su superioridad. Como sucedería también en los relevos en los que obtuvo otra medalla de oro con la selección norteamericana.

http://youtu.be/BpLlWq6Q388

Cuatro años más tarde llegamos a “la ciudad de las luces”, París. Pero esta vez, un Duke de ya 34 años se iba a topar con un joven de 19 años llamado a ser el mejor nadador del mundo por muchos años, un tal Johnny “Tarzán” Weissmüler, el primero en conseguir bajar de un minuto el récord mundial, y del que algún día me gustaría hablar más detenidamente. Weissmüller oro, Duke plata y su hermano, Sam Kahanamoku bronce. En los Juegos de Los Ángeles 1932 también participó, esta vez lo haría sólo como integrante de la selección de waterpolo.

Promotor del surf

A la vez que se hinchaba a ganar medallas como nadador profesional, se dedicaba a viajar por todo el mundo para ofrecer demostraciones de natación, y a su vez aprovechaba para mostrar al mundo un deporte todavía desconocido fuera de Hawái, el surf. De hecho, una de las exhibiciones que ofreció en 1914 en Australia, concretamente en “Freshwater Beach”, se considera como el factor más influyente para que el surf se desarrollase en este país. Como recuerdo guardan todavía la tabla con la que surfeó Duke, e incluso  hay una estatua suya en la entrada de la playa. También en la mítica playa de Waikiki hay otra estatua de bronce en la que Duke aparece sonriente portando una tabla de surf. Muchas personas acuden al lugar para rendirle tributo colocándole un lei, una especie de corona de flores que se obsequia como símbolo de afecto.

En Australia también viajó en una ocasión sin su tabla de surf, y decidió ahí mismo cortar un árbol y construir su propia tabla. Ese día ofreció un espectáculo excepcional a una multitud que observaba el manejo de este hawaiano con la tabla, y que se asombraba viéndole surfear entre tiburones. Como anécdota cuando salió del mar le preguntaron si le habían molestado los tiburones, a lo que él respondió: “No, ni yo a ellos tampoco”. Un tipo diferente que se atrevía a coger a una mujer y surfear en tándem con ella.

En una época donde todavía las tablas no tenían quilla, no estaban construidas de espuma de poliuretano y fibra de vidrio, y tampoco se utilizaban resinas, Duke construía sus propias tablas, a las que llamaba “Papa Nui”, tal y como lo hacían los antiguos hawaianos, con madera Koa, el segundo árbol más común en Hawái. Hay que mencionar que en la antigüedad en la isla los jefes de las tribus utilizaban las tablas hechas de madera Willi Willi, y el resto del pueblo de madera Koa, además aquel que no fuese noble se tenía que ganar el premio de surfear en las mejores playas demostrando sus habilidades con tablas más pesadas. En sus primeros años Duke utilizaba tablas muy grandes, de unos 5 metros que pesaban alrededor de 50 kilos. Más adelante, reduciría el tamaño de la tabla, y pese a las nuevas innovaciones en tablas, Duke seguiría utilizando las de madera.

Un hombre de leyenda con cientos de historias, realidades o mitos, que dejan a uno boquiabierto. En 1913, tal como publicó el Long Beach Press, en una de sus incursiones al mar perdió el dedo índice de su mano tras luchar contra una anguila que le atacó, consiguió vencerla y llevarla con la tabla hasta la orilla.. En 1917 se dice que surfeó una ola gigante en Waikiki que procedía de un tsunami ocurrido en Japón, deslizándose con la tabla en un largo recorrido por varias playas de la zona.

Un hombre leyenda

Más tarde se asentó en California y además de trabajar como socorrista, se metió en el mundo del cine actuando como extra y como actor en películas de Hollywood. Por ejemplo, aparece en la película dirigida por John Ford y protagonizada por Henry Fonda, Jack Lemon o James Cagney, ‘Mister Roberts’, en la que hace de jefe nativo. Gracias a estas películas iba haciendo amistades importantes y enseñándoles surf. Durante este tiempo, llegó a ocupar el puesto de sheriff  honorario de Honolulu durante casi 30 años.

14 de Junio de 1925, Newbeach, California. Un barco pesquero se acerca al puerto, pero el fuerte oleaje hace perder el control y volcar, 29 pescadores caen al agua. Duke Kahanamoku coge su tabla de surf y acude al lugar del accidente rescatando a 8 pescadores, otros dos sufistas rescatan a cuatro más, y 17 pescadores fallecen. Gracias a la tabla de surf pudo ir más rápidamente a la orilla y rescatar a más personas. Desde ese día en las playas norteamericanas los vigilantes tienen siempre a mano una tabla de surf para los rescates.

Falleció de un ataque al corazón el día 22 de enero de 1968 a los 77 años, y sus cenizas, como no podía ser de otra manera, las lanzaron al mar mientras sonaba de fondo la tradicional canción hawaiana “Aloha ´oe”. Sus cenizas recorrerán el mar y llegarán a las playas de todo el mundo donde los surfistas podrán sentir el espíritu de esta leyenda del surf.

Duke Kahanamoku: “La mejor persona que practica surf es el que es el más divertido“
“El surf es uno de los pocos deportes que hay que mirar hacia adelante para ver lo que hay detrás”

 

El deporte es la perfecta excusa para contar impactantes historias que las cámaras no llegan a captar.

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