‘Ibracadabra’ es un tipo duro y rebelde de mirada fija, nariz prominente y largo como un día sin pan, con un carácter chulesco, bromista, indomable, fuerte, inconformista, determinante y retador, que se ha convertido en uno de los jugadores más completos en la actualidad, y en el mejor jugador de la historia de Suecia. Y es que pocas veces he visto un futbolista de 1,95 m con tanta agilidad. Esa habilidad que tiene con las piernas tanto en sus movimientos como en el golpeo de balón le vienen de su pasión por el taekwondo, cinturón negro en una especialidad de la cual ha sabido sacarle jugo en el mundo del fútbol, especialmente con sus acrobáticos disparos. Su carácter en cambio le viene del barrio en el que se crió, una personalidad tan fuerte que en el diccionario sueco se ha aprobado la palabra: ‘zlatanear’, que significa ‘dominar con fuerza’.
Nacido el 3 de octubre de 1981 en el conflictivo barrio de Rosengard de la localidad sueca de Malmö, un vecindario de mayoría emigrante especialmente conocido por los disturbios que se formaron en 2008 por el cierre de una mezquita. En uno de los túneles de este lugar hay escrita una cita de Zlatan que dice así: “Puedes sacar al chico de Rosengard. Pero no puedes sacar a Rosengard del chico”. Y así es, porque Ibrahimovic nunca ha olvidado de dónde procede, su temperamento siempre recordará a aquel chaval que aparentaba ser el más duro para ocultar sus verdaderas debilidades.
http://youtu.be/gc9ktJ3JHXA
Hijo de padre bosnio y madre croata, sus padres se separaron y fue su padre quien se encargaría de él. Dio sus primeros pasos en el fútbol en aquel duro barrio jugando en el parque como cualquier niño, mientras se dedicaba también a robar bicicletas y coches en busca de adrenalina. Desde pequeño compaginó el fútbol con las artes marciales, primero con el boxeo ya que su tío había sido un reconocido pugilista de la vieja Yugoslavia, y después con el taekwondo, su verdadera pasión. Pero se terminaría decidiendo por el deporte rey, asegurando siempre desde joven que llegaría a ser el mejor jugador del mundo, un objetivo que recuerda cada vez que anota un gol celebrándolo con un gesto de sentirse el número 1.
Su primer equipo fue el FBK Balkan, un club con un terreno de juego repleto de piedras que estaba situado a 3 kilómetros de su casa, teniendo que ir hasta allí en bicicleta o a pie. En aquel campo empedrado es donde le observó un ojeador del Malmö, que se quedó perplejo con la actuación de un joven llamado Zlatan. Ese día comenzó el partido en el banquillo y con su equipo perdiendo por 0-3, pero entró al terreno de juego e hizo lo imposible, marcar 8 goles para que su club venciese por 8-3. Eso sí, antes ya había tenido problemas, el padre de uno de los jugadores del club quiso juntar firmas para echarlo del equipo por dar un cabezazo a su hijo y enviarlo al hospital.
Llegó al club de su ciudad, el Malmö, con 12 años, pero por aquella época era un jugador de estatura baja con un enorme talento. A los 15 años estuvo a punto de dejar el fútbol para irse a trabajar en los muelles de la ciudad, pero le convencieron que tenía talento y oportunidades para ser un grande. Un año más tarde dio el salto y se convirtió en el jugador alto que conocemos ahora. Ya estaba casi listo para jugar en el primer equipo, y lo hizo durante una temporada trágica para el club, ya que descenderían a la segunda división tras 64 años. Sin embargo, dos años después y ya con Zlatan en el primer equipo volvieron a ascender, siendo Ibra una de las claves para que el equipo lograra el ascenso a la máxima categoría del fútbol sueco. Su talento había salido ya a la luz, pero también sus defectos, se encaraba con rivales, discutía continuamente con los árbitros y su prepotencia molestaba en muchas ocasiones a sus propios compañeros. Pero su carácter agresivo y esa chulería se iban convirtiendo a la vez en su lucha diaria para ser el mejor y lograr sus objetivos, él soñaba con jugar algún día en el Inter de Milan junto a Ronaldo Nazario o comprarse un Lamborghini Diablo de color lila metalizado con una matrícula que ponga ’Toys’ (juguetes) cuando fuese una estrella. Nunca compartió equipo con Ronaldo pero sí se enfrentó a él, y no tuvo un Lamborghini Diablo lila pero sí un Lamborghini Gallardo lila, además de un Porsche Carrera GT, un Ferrari Enzo, un Ferrari 360, un Masserati Gran Turismo, Audi S8 o un Volvo C30.
Preparando la pretemporada en un torneo en La Manga le vio por primera vez Leo Beenhakker, por entonces el director deportivo del Ajax, que decidió llevárselo a Amsterdam. Cuando firmó por el club holandés, su madre asustada por verlo en televisión y temiendo que hubiese hecho algo malo le preguntó: “¿Qué es lo que hiciste?”.
Y así es cómo comenzó su salto a la fama y sus grandes éxitos en clubs como Juventus Inter de Milan, AC Milan y ahora PSG. Su felicidad sólo se vio paralizada en su temporada en el FC Barcelona. Su llegada no comenzó con buen pie y su relación con Guardiola iba a ser fría y distante, son dos personas completamente diferentes: la humildad frente al ego, la sumisión frente a la rebeldía,… Desde el primer día Ibra quería llegar a los entrenamientos con su Porche o su Ferrari, pero Pep le obligaba a ir con el Audi que patrocina al club. ¿Zlatan conducir un simple Audi? Eso para él ya era ceder demasiado, y más cuando uno de sus objetivos de joven era conducir este tipo de coches cuando fuese una estrella. Su relación con el míster blaugrana fue de mal en peor, le consideraba un cobarde: “Es un fantástico entrenador. Pero como persona, es un cobarde. No es un hombre” decía. Esta situación más el duelo de estrellas que mantenía con Lionel Messi sentenciaron al delantero sueco. Dicen que cuando mejor estaba Zlatan y peor se encontraba Lionel, éste último se dirigió en el autobús por mensaje de texto a su entrenador de estas formas: “Bueno, veo que ya no soy importante para el equipo, así que…”. Así que la mala relación con Pep, la lucha de poder con Messi y la rebeldía y poca paciencia de Zlatan hizo que el jugador decidiese irse para no volver más. Así es Zlatan, o aceptas cómo es y lo permites o no es feliz y se va peleándose con todo el mundo.
Las locuras de Ibracadabra
Fuera de los terrenos de juego si hay algo que nos hace esbozar una sonrisa y llamarnos la atención de Zlatan son sus pesadas bromas, sus cabreos y sus engreídas frases. Sus bromas consisten en dar patadas de taekwondo a sus compañeros cuando están despistados, lo hizo con Rodney Strasser en un entrenamiento con el Milan, al que no le hizo mucha gracia. También con Cassano cuando éste estaba en una entrevista tras finalizar el encuentro. O a Christian Wilhelmsson, compañero de su selección, o a Robinho en la celebración de un gol…
El enfado más divertido sin duda alguna fue cuando los medios de comunicación rumoreaban sobre la relación entre Piqué e Ibrahimovic tras una foto en la que se les veía muy juntos. Así contestó Zlatan a la periodista que le preguntó por este tema.
Y qué decir de sus frases chulescas y con clave de humor que nos deja constantemente:
– “No conozco ningún jugador de la liga francesa, pero todos ellos saben quién soy yo”
– “Estamos buscando un apartamento. Si no hallamos nada, probablemente tendré que comprar el hotel” – en su llegada al Paris Saint Germain.
– “No necesito el balón de oro para demostrar que soy el número uno. Si me hubiese dedicado al taekwondo hubiese ganado varias medallas olímpicas.”
– “Zlatan no hace pruebas” – tras negarse a hacer un test previo antes de firmar por el Arsenal de Arsene Wenger.
– “Se compró un Ferrari, pero lo dirige como un Fiat” – refiriéndose a Guardiola.
– “Sácame de aquí, que si me quedo voy a terminar golpeando a Guardiola frente a la prensa.”
– “Sólo Dios lo sabe. Y estás hablando ahora con él”
Este es Zlatan, el jugador que supo convertir su ego y su rebeldía en su estilo de juego, y deleitarnos semana tras semana con sus fascinantes jugadas y sus remates imposibles, que nos hacen levantarnos del sofá llevándonos las manos a la cabeza. Un maestro del balón y del espectáculo.
http://youtu.be/_U-fXVwlDKE