El 9 de Noviembre de 2013 fue una mala fecha en lo deportivo para la Real Sociedad que caía por 5-1 en el Santiago Bernabéu, pero los Ultras Sur no estaban para celebraciones, el fondo sur del estadio madridista estaba prácticamente vacío, ¿Qué había sucedido? . Los más jóvenes del grupo radical declaraban la “guerra” a la vieja guardia. Todo ocurría alrededor de las 4 de la tarde en el famoso Bar Drakkar de la Calle Marceliano Santamaría, un lugar a 50 metros del estadio por el que es mejor no acercarse antes de un partido del Real Madrid. Lugar de reunión de la mayor parte de radicales del conjunto merengue, y donde comienzan a calentarse el “morro” con cervezas y cánticos provocativos. Ese día, los cachorros ultras comandados por Antonio Menéndez “El Niño”, un aficionado del Atlético de Madrid y líder de la sección neonazi Outlaw Madrid del que os hablaré después, exigían a los históricos José Luis Ochaíta y Álvaro Cadenas un cambio generacional y la cesión del mando. Pero la vieja guardia no iba a dar su brazo a torcer, y acabó como no podía ser otra manera, en batalla campal. Botellas, vasos… llovían alrededor del bar, más tarde aparecieron los clásicos bates y porras caseras. Consecuencias: dos heridos leves, la intervención de la Policía Nacional y la amenaza de Florentino Pérez de expulsar de sus gradas a los radicales, como ya hizo Laporta con los Boixos Nois.
Sus comienzos
Retrocedamos 33 años, concretamente al 17 de Septiembre de 1980. El Real Madrid Castilla recibía al West Ham en la primera eliminatoria de la Recopa, tras acabar el año anterior finalista de la Copa del Rey y ser derrotado por el primer equipo blanco. Los hooligans británicos, conocidos por su extrema violencia, llegaban a Madrid con la intención de crear el terror. Aquel día, lo más humillante para los aficionados blancos fue que los radicales británicos orinasen desde el primer anfiteatro sobre los aficionados de la grada de preferencia.
En la calle continuaron los altercados, e incluso un autobús atropelló a un aficionado inglés causándole la muerte. Ese día, un grupo de hinchas no iba a olvidar lo sucedido.
Hasta ese momento la peña más conocida del equipo madridista era la de “Las Banderas”, pero a partir de esa fecha varios jóvenes se iban a radicalizar con la intención de que nadie volviese a entrar a sus anchas en el estadio madridista. La disolución se produciría durante la temporada 81-82, cuando algunos de los jóvenes radicales de la peña protagonizaron unos incidentes violentos frente a la hinchada del Sporting de Gijón, los Ultra Boys. Tras esa fecha se terminaría de gestar los nuevos ultras: Los Ultras Sur.
Sus primeros integrantes poco tienen que ver con los actuales: heavys, punks, skins… donde la ideología era algo que no importaba demasiado. Personajes como Paranoico, Punkoy, Imperdible, Loco, Chistera… liderados en un primer momento por Antonio Guerrero y después por Tony El Largo, comenzarían en los años 80 a aterrorizar al resto de aficiones provocando incidentes con hinchadas rivales.
Paso al nazismo
Fue tras la muerte de “El Largo” y la retirada de la vieja guardia cuando aparece José Luis Ochaíta, que aprovechándose de la desorganización del grupo se haría con el liderazgo. Momento en el que comienza la ideología única entre sus miembros. Cabezas rapadas llenaban el fondo sur del Santiago Bernabéu con banderas franquistas y simbología nazi. Siempre junto a Ochaíta estaba Álvaro Cadenas, un licenciado en derecho de familia acomodada que poco tenía de cabeza hueca. Actualmente es padre de familia y abogado de una importante firma internacional.
Los nuevos ultras viajarían por toda Europa creando el caos. En 1998, en uno de sus años más conflictivos, llegan a Bonn exhibiendo todo tipo de imágenes nazis que estaban completamente prohibidas en Alemania: esvásticas, cruces gamadas… día en el que fueron detenidos Cadenas y Ochaíta (un año antes fue multado con 5 millones de las antiguas pesetas y la prohibición de entrar a cualquier recinto deportivo, tras aproximarse “de forma agresiva e insultante” al árbitro del encuentro Real Madrid-Barcelona de baloncesto).
Ese mismo año se produjo un hecho insólito en un partido de Copa de Europa en el Bernabéu. El Real Madrid se enfrentaba al Borussia Dortmund en semifinales, cuando justo antes de comenzar el encuentro, los Ultras Sur derribaron una portería que a punto estuvo de costarles la eliminatoria al club blanco. Lorenzo Sanz, que en esos momentos era el presidente del club, decidió exiliarlos del fondo sur del estadio a la grada lateral. Exilio que tan solo duraría 3 años, ya que Florentino Pérez les devolvería a su lugar de origen por “comportamiento ejemplar”.
Pero durante estos años y pese al mediático exilio, los Ultras Sur eran el perfecto aliado para cualquier presidente blanco, especialmente en días de elecciones. Por la famosa puerta 28 del estadio entraban semanalmente cientos de fanáticos madridistas. El club les facilitaba un cuarto en el estadio para guardar sus banderas, tifos, pancartas, tambores… les daba una subvención fija por partido (se dice que era de unos 9000 euros), y les proporcionaba entradas que José Luis Ochaíta se encargaba de vender en el Bar Drakkar (antes Mister Raff o Moai), además de distribuir toda clase de merchandising de la marca Ultras Sur, obteniendo grandes ingresos que se suman a los que consigue con la tienda oficial de Ultras Sur en su página Web. Un entramado cada vez más amplio y con una publicidad increíble, que los jugadores madridistas se encargaban y se encargan de ampliar: Casillas, Figo, Raúl, Guti, Karanka, Van Nistelrooy, Roberto Carlos, Diego López, Morata y tantos otros, han sido fotografiados junto a los Ultras Sur, portando sus bufandas o regalando sus camisetas. Incluso la temporada pasada se vio como varios Ultras entregaban una placa conmemorativa en el césped del Bernabéu a Jose Mourinho (que siempre mostró su apoyo a éstos frente a los que iban al estadio a “comer pipas”).
http://youtu.be/6pUTxykE4ZU
Este apoyo no solo es interno. Los Ultras Sur al igual que tienen sus enemigos, también tienen sus aliados por España y por todo Europa. En 1988 se hermanan con las Brigadas Blanquiazules del Espanyol, en 2000 con los Irriducibili de la Lazio, y más adelante con los Boys Viola del Austria Viena (recordad los altercados en Europa League frente al Athletic de Bilbao) y con los Bad Gones del Lyon. Con estos últimos hay que recordar el horrible espectáculo que ofrecieron en el centro de San Sebastián, horas antes a la previa de Champions de esta temporada. Ambas facciones ultra se unieron destrozando el mobiliario de varias terrazas de bares lanzando sillas, palos, etc.
La guerra interna
Dos colectivos skins como Hammerskin y Blood & Honour, que estaban en pie de guerra, se disolvieron tras los juicios en 2010 por asociación ilícita y tenencia de armas. Dos de los detenidos más importantes fueron Sergio Rodríguez Moreno “Chopi” y Daniel Fernández Amor “Cani“, uno de los jóvenes simpatizantes de la derecha radical que estaba liderando la nueva camada de Ultras Sur. Es tras estos hechos cuando surge Outlaw (fuera de la ley), un nuevo colectivo skin, vinculado a Hammerskin, en el que no importaba a qué equipo animases, sino que lo que pretendía era unir a todos los nacionalsocialistas. Y es en este colectivo donde surge el nombre de Antonio Menéndez “El Niño”, un chaval de 29 años que ha saltado a la fama en todos los medios, por querer asaltar el trono de la vieja escuela de Ultras Sur. Otro de los que apoyaba este golpe es Alberto Ayala, un luchador neoprofesional de Kickboxing, líder de Combat España, director hasta hace poco del gimnasio Vieja Escuela Madrid, y que incluso se presentó como candidato de la Falange Española y de Nación y Revolución.
Antonio Menéndez es un ex soldado profesional que se declara fan del Atlético de Madrid, está completamente tatuado con simbología nazi (una calavera de las SS en el pecho o una águila imperial con su esvástica en su pierna), y tiene una larga lista de antecedentes: Hurto, lesiones, amenazas, desórdenes, estafas e incluso tentativa de homicidio, llegando a estar un año en prisión. Su novia, de clase alta y abogada de profesión, es hermana de otro conocido ultra, Juan Bajo Hormiga, e hija de un catedrático de Derecho. “El Niño” ha conseguido liderar un amplio sector de los Ultras Sur, con la intención de echar del mando a la vieja escuela, con la ayuda de Madrid City Firm, un colectivo del movimiento “casual” ligado también al Real Madrid. Sus posibles objetivos: radicalizar el grupo ultra que según él estaba acomodado, y hacerse con el control de la venta de entradas, merchandising y de los conciertos RAC (Rock anti-comunista).
Florentino Pérez tras los incidentes previos al encuentro frente a la Real Sociedad dio un ultimátum: Paz interna o se despedían de la grada. Las primeras consecuencias han sido inmediatas. Álvaro Cadenas se ha desvinculado de los Ultras Sur, al igual que su posible sucesor, Antonio Menéndez, que parece haberse apartado de la lucha por el poder. Pero también algunos integrantes ya han advertido que si se prohíbe su entrada al estadio tendrán la “guerra” en las calles, e incluso han llegado a amenazar a los nuevos miembros de la grada joven, a través de las redes sociales. Florentino ya está reorganizando la nueva grada joven en el fondo sur del estadio, el club abrió la inscripción entre sus socios, y ha eliminado los privilegios de los ultras retirándoles 200 abonos.
Sin embargo, los radicales han encontrado la forma de retar al presidente madridista y protestar por haber sido expulsados del estadio. El pasado 9 de enero consiguieron entrar al Bernabéu en el Real Madrid – Osasuna, esta vez en el tercer anfiteatro del fondo norte, y pitaron a los integrantes de la nueva grada cada vez que éstos se atrevían a cantar. Dos días más tarde acudieron al encuentro entre Real Madrid Castilla y Real Murcia, y ya han anunciado que van a ir al próximo partido del filial blanco frente al Sporting de Gijón.
Los Ultras Sur quieren seguir siendo protagonistas. ¿Ahora qué sucederá? ¿Desaparecerá por completo esta facción radical o tan solo volverán a cambiar de rostros?