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Alfredo Del Castillo

Desde mi banquillo

De Lillo a Moyes

Allá por las temporadas  07-08  y la  08-09 en Segunda División o Liga Adelante, una Real con la urgencia de subir a la liga de las estrellas después de bajar en la temporada 06-07 tras 38 partidos jugados y sacar sólo 35 puntos que la colocaban en la posición 19, con solo 8 partidos ganados, 11 empates y 19 perdidos y treinta y dos goles a favor y cuarenta y siete en contra, vino a entrenar el galés Coleman. Luego fue sustituido por Eizmendi y éste a su vez por Lillo. Aquella temporada se nos escapa el ascenso en aquella dolorosa tarde en el campo de Mendizorroza. Al siguiente año Lillo seguía en el banquillo txuri urdin y le acompañaban Raúl Caneda, como hombre de confianza y segundo entrenador, e Iñigo Domínguez, como ayudante en tareas de trabajos de campo. No contaban con preparador físico ya que solo tenían recuperador de lesionados. Aquel grupo de trabajo era más del estilo Barça en cuanto a metodología y estructura puesto que la dirección deportiva estaba compartida por el entrenador en ese momento como máximo responsable.

Comienza la Liga y Lillo sale a la palestra con unas manifestaciones en las que dice que «el escudo y la historia de la Real nos demanda el ascenso; lo demás es todo mentira». La Real termina esa temporada (08-09) en sexto lugar, un puesto insuficiente  para  lograr el ascenso. El Consejo de Administración de la Real con el presidente a la cabeza como máximo responsable sale a la palestra y manifiesta que la decisión de no contar con Lillo fue consensuada, como todas, con el Director Deportivo. Quieren dar un giro a la metodología de trabajo y antes de terminar la competición es cazado un entrenador que estaba camuflado y de incógnito en el campo de Vallecas. No es otro sino el uruguayo Martín Lasarte. Él declara que «ir a Europa es algo atractivo». Así que blanco y en botella, ya saben.

Nos lo presentan  como un entrenador uruguayo con raíces guipuzcoanas. Se trata de un entrenador con una acreditada capacidad de liderazgo como lo demuestra el hecho de que en su trayectoria como futbolista profesional fuera capitán en la mayoría de los equipos que militó. Como pueden comprobar se recurre a la tan nombrada intensidad y competitividad y a una metodología de trabajo e ideas muy diferentes en cuanto al juego y los entrenos. Acierto total. Se consigue el ascenso a la liga de las estrellas y además a un futbolista sacado de la chistera del entrenador con el que luego el club obtendrá un beneficio económico gracias a su venta por un dineral al Atlético de Madrid: Antoine Griezmann. Fiesta por todo lo alto.

Al siguiente curso tras pasar apuros en los últimos partidos y después de dejar al equipo en el puesto numero 15 el Consejo toma de decisión del cambio de entrenador y el cambio de metodología de trabajo. Quieren una más próxima a la que en esos momentos es la envidia mundial, la del Barça de Pep Guardiola, la del mejor equipo que yo he visto jugar a fútbol, sin ningún genero de dudas.

Manos a la obra y al mercado. Suena y visita zubieta Marcelo Bielsa, pero no cuaja. Así que a por la pista de otro. Se plantean una serie de nombres entre los que están el francés Le Guen, un alemán y un holandés, además de Montanier, que finalmente fue el elegido. Se trataba de un míster que es más parecido en el trabajo y en la metodología a Juanma Lillo por su forma de entrenar y concebir el juego combinativo y de posesión con ataques más elaborados, sin pelotazos, y proponiendo un juego muy estructurado y vistoso de cara al aficionado. El afirmó que «lo que nos hace falta es un míster que entrene toda la semana pensando en el partido y que su metodología y su medio de formación nos lleve a un progreso de los futbolistas». También los medios de información presentan en sus portadas el decálogo Montanier: mucho balón, diálogo con los jugadores y una preparación individual al servicio del equipo. Se trataba de un entrenador valiente por la aportación de canteranos al equipo. Dos temporadas duró.Una en el puesto 15 y otra fantástica con un puesto en Liga de Campeones.

La siguiente campaña para seguir por el mismo camino en el trabajo del míster francés se va a por el ‘Tata’ Martino, pero no cuaja y se la da la oportunidad de su vida al tercer entrenador Jagoba Arrasate. En  su primera temporada lleva al equipo a un meritorio séptimo puesto, pero desde el principio no cae bien a gran parte de la afición y es muy cuestionado. En su segunda temporada, con decisiones consensuadas con todos y por todos se confecciona una plantilla con muchos jugadores de cualidades técnicas muy altas para desarrollar un juego que ya impuso el míster francés, pero con la mano del entrenador vizcaíno. La competición le coloca en una posición muy mala y aunque el Consejo le respalda hasta el final, los malos resultados deportivos lo avocan a la destitución.

Hay que volver a  ir a por otro entrenador. Suenan varios, pero en la cabeza del presidente solo hay uno: el sr. Moyes, un entrenador con un carisma muy desarrollado, de mucho liderazgo y que viene a estructurar un equipo de trabajo y un conjunto que en el tiempo se ha acomodado. Viene a reactivarlo y poner toda su sabiduría, experiencia y liderazgo en todos los estamentos del club, es decir, no es solo un mero entrenador, no, es el mánager general. Tendrá plenos poderes en el año y medio que estará en el club y a su forma construirá un equipo de trabajo para la contratación de jugadores, entrenadores específicos y colaboradores para hacer mucho más competitivo el equipo y tener como objetivo estar en lo más alto de la tabla clasificatoria y alcanzar la tan golosa en el mundo del fútbol, Europa.

Resumiendo. Desde Lillo a Moyes vamos dando tumbos en cuanto a las metodologías de trabajos de unos y de otros hasta llegar a esta última,  que creo que es más de controlar y estructurar todo a la forma de un líder -como lo es el sr. Moyes– que el buscar solo un entrenador. Opino que el Consejo, con su presidente a la cabeza, lo que busca es un cambio en todos los estamentos deportivos  de la entidad. Así que por el bien de la Real Sociedad, acierten, y si no es así, que pase el siguiente. Sin más,  fútbol.

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Sobre el autor

Entrenador de fútbol y tinerfeño. Ha pasado por multitud de banquillos guipuzcoanos, entrenando a equipos como el Lagun Onak, Beasain o Real Unión, entre otros, antes de recalar en la Real Sociedad en 2001. En el club txuri urdin estuvo nueve temporadas en varias fuciones, como la de ayudante de Periko Alonso o de Gonzalo Arconada.


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